El mestizaje que propone Guillamino representa la otra cara del sonido Barcelona. Menos obvio. Más profundo.
“Guillamino es realmente alguien a vigilar”, escribió Gilles Peterson a raíz del lanzamiento japonés de este músico de Barcelona. “Lo tiene todo: soul, beats, voz, ideas...” Todos estos elementos se intensifican en su tercer disco en solitario, Les minves de gener, que ahonda en el sonido más personal de Guillamino. Un maridaje entre electrónica y música negra que cuenta con el talento de Dive Dibosso (7 notas 7 colores) a las mezclas y que ratifica a Guillamino como uno de los músicos más sorprendentes e imprevisibles de la escena de Barcelona.
Guillamino vuelve al carril central de su carrera musical, recogiendo el testigo de los discos 1 dia (2003) y Somnis de llop (2005), aclamados por la crítica. Llevaba dos años de viaje. Fueron tiempos de intercambios y de hallazgos musicales dispares (sardana, hip-hop de juguete, canción transoceánica, bandas sonoras...) pero también un viaje físico, por geografías que ahora impregnan sus nuevos sonidos. De Birmania a Nueva York.
El mestizaje que propone Guillamino representa la otra cara del sonido Barcelona. Menos obvio. Más profundo.