El chico de la última fila

Tenía fresca la excelente película cuyo guión está basado en la obra de Mayorga y fue inevitable comparar. Aunque la película saca más puntos, la representación teatral me permitió otras perspectivas y fijarme más en los diferentes planos que van creciendo en la obra. Puesta en escena acertada.

Aunque la interpretación tienes luces, también hay alguna sombra por un casting que quizás no era el mejor. Tampoco me gustó el exceso de estridencia en algunas reacciones de tensión.

Una obra que lleva tres años en cartel; una vibrante pulsión dialéctica de Juan Mayorga, muy dignamente adaptada por una compañía modesta, pero con gran oficio. Historia de un profesor de Literatura seducido por el relato --real o no-- de un alumno extraño que, como Tartufo, se cuela en casa ajena. Merece verse.

Nada. Todo muy positivo.

El texto es brillante, y la dirección, muy dinámica e interesante. La situación que plantea la obra va atrapándote poco a poco y generando la necesidad de saber más.

Los actores jóvenes dan la talla, pero se les nota la juventud. En realidad, no es nada malo, es simplemente lógico.

Los actores, aunque la mayoria jovenes, son muy profesionales. En el mismo escenario se representan escenas diferentes y los actores entran y salen de escena sin moverse del escenario. Parece complicado pero los actores lo manejan perfectamente y en ningun momento le crean confusion al espectador. Fantastica

Se trata de una obra de texto con situaciones que se relatan y algunas se representan. Curioso el montaje aprovechando bien elementos sencillos

En momentos resulta algo premiosa y confusa, pero en general es intelectualmente un buen ejercicio de estilo.¿ Realidad o ficción ?

Es una reivindicación que hago siempre, en cualquier obra, quien no está en las primeras filas no oye nada, por lo que pediría que los interpretes tuviera pequeños micrófonos, lo que ayudaría a poder entender e interpretar las obras, sino solo te enteras de la mitad...

Una muy interesante puesta en escena con una estupenda interpretación de todos los actores, en la que bien cabe destacar a un potentísimo Miguel Lago Casal y a Olaia Pazos. Buen teatro de ese que te deja agustísimo en la butaca y que hace el tiempo deje de importar.

En general todo. Pero valoramos especialmente la complejidad de la dirección e interpretación de la obra. La interpretación del personaje de los dos protagonistas principales es de sobresaliente.

La distribución y comodidad de las butacas del teatro.

La obra me sorprendió por la originalidad del argumento y todo el tiempo me mantuvo expectante a lo que iba a suceder. Muy buena interpretación de parte de los actores y admirable la escenografía que constantemente se adaptaba a cualquier situación.

La originalidad de la puesta en escena. Las diferentes localizaciones se van indicando únicamente con luces que se encienden y se apagan y los actores, subiendo y bajando una mesa. Muy original y divertido.

Las butacas un poco incómodas.