El lector por horas

Una obra curiosa e interesante; buena interpretación y estupendo lugar, muy bonito (el Ateneo de Madrid).

Había socios del Ateneo rondando cerca de la puerta a la sala, sin llegar a entrar y sin parar de hablar, aunque se les amonestó un par de veces.

El entorno del Ateneo ya prepara el camino para acercarse a una obra de estas características.Una obra sobria y llena de simbolismo; siempre la idea de la ceguera acerca a otros dramaturgos y a muchos significados claros y difusos. Buen trabajo actoral.

De la obra me gustó bastante toda la reflexión sobre el hecho literario, la neutralidad o transparencia de la lectura, el proceso de escritura..., así como la interpretación de los actores, sobre todo la del actor que representa al padre de la joven ciega, pues cuando él aparece la energía se multiplica y el interés por la historia se renueva. El decorado resultaba muy acogedor.

Me pareció un poco excesiva la longitud de los fragmentos narrativos que se leen, pues paralizan la "acción" y, ante todo, creo que el teatro debe ser "acción" y cuando los hechos se cuentan, el espectador preferiría leerlos por sí mismo en su casa. Los constantes oscuros también perjudican el ritmo de la historia.