Teatro en bolas

el actor en sí, él y el músico que le acompaña dando banda sonara a cada historia, son la clave para que todo funcione de la manera que lo hace.

El espacio escénico, es algo incomodo.

El ambiente que se crea entre el actor y los asistentes.

Me encantó la interacción con el público y la rapidez a la hora de improvisar el guión.

Pone en la descripción que es un espectáculo diferente y realmente lo es. El guión no existe. El público va marcando por donde siguen las historias que Miguel Rabaneda crea de la nada. Pura improvisación. Es un genio. Con tan sólo su cuerpo, da vida A diferentes personajes e historias que te harán reír A carcajadas y pasarlo muy bien. Es sorprendente cómo te hacer imaginar todo lo que está sucediendo. Además del actor hay un pianista que va improvisando la música para ajustarla A las historias y un técnico de luces. Es impresionante que con solo tres personas se pueda disfrutar tanto una actuación. La sala es íntima, caben unas 20-30 personas cómodamente sentadas en los sofás y todos quedan muy cerca del actor, lo que permite una interacción estupenda. Lo recomiendo sin dudarlo.

n u e v a Nueva para mi formula de improvisación con mucha interaccion con el publico, lo quew le hace ser muy próximo, entretenido, simpático y salgas con un buen animo de la obra.

Divertidísimo!!!!! No paramos de reirnos, es increible cómo consigue estar todo el rato inventando historias frescas, creando en el aire objetos y personajes. Se nota un gran trabajo de mímica y gestual. La voz era maravillosa, mucha parte del show es cantada y tiene una voz estupenda. Y todo improvisado por lo que se puede repetir y nunca te cansas ya que siempre será diferente!! Estoy grátamente impresionada y volveré seguro!!!

Los asientos eran un poco incómodos....

La capacidad de adaptación a las propuestas del público tanto por parte del actor y músico, la memoria o retentiva del actor, la sincronización entre actor y músico. La improvisación y las ganas de dar e involucrar al público que se mimetizaba con el espectáculo en si mismo.

Algunos tacos. Creo que se puede prescindir de ellos y más teniendo en cuenta que el tipo de broma que hace durante el espectáculo es inteligente y jugando constantemente con las palabras y dándole un toque irónico. Los tacos rompían la elegancia con la que actuó en todo momento el actor.