The Clams

Disfruta del directo de The Clams, empezarás moviendo el pie para no poder frenar a tu esqueleto. Una banda enérgica, electrizante que te hará desfrutar del soul en mayúsculas.
Una banda divertida y con gran conocimiento musical, su principal obetivo es hacer feliz a su público; que lo pasen bien mientras disfrutan de buena música y no paran de bailar.

Conocí a Aida Clam, todavía no era Aida Clam, en un bar de carretera. Me iban mal las cosas y después de conducir al azar durante horas, paré a beber en aquel garito infecto. La mayoría cabeceaba sin prestar atención a lo que ocurría en una pequeña tarima: allí, abriéndose paso entre el denso humo, salió Aida a cantar con voz doliente canciones de soul malherido.

Hasta mi última víscera vibró con aquella música y pensé que aquella tipa no podía seguir desperdiciando su talento en aquel agujero. Así decidí dar un giro a nuestras vidas, un volantazo, y formar The Clams. Una banda de mujeres desperadas y fugitivas, dispuestas a hacer temblar el suelo bajo sus pies.

¿Quién sería nuestras vertebras, el motor que animase nuestra música y la hiciera avanzar con ritmo firme? Encontré a Mónica debajo de una furgoneta en un taller mecánico, en cuanto vi la habilidad con la que golpeaba una carrocería con su llave inglesa, supe que sería nuestra batería: Mónica Clam.

Diana, Noelia y Lila darían un brillo nuevo a nuestra música, la elevarían más arriba del cielo y soplarían para empujarla hacia delante. Una lavaba, otra cortaba y otra hacía manicuras en aquella triste peluquería de extrarradio. Ahora, tocarían la trompeta, el saxo y el trombón hasta romperse las uñas.

Entre ketchup y sirope veía Lupe pasar su vida, todo el día sudorosa delante de la plancha. Lupe pasó a ser Lupe Clam. Me enteré de que soltaban a Henar aquella semana, fui a prisión ese día. Sustituyó lo fríos barrotes del presidio, que tanto había agarrado en largas tardes de invierno, por las seis de cuerdas de la guitarra. Ya era Henar Clam.

Fdo. Marta Laura Clam