The Sadies

The Sadies estrena trabajo: What's Left Behind donde muestran una faceta literaria semiescondida, pero brillante. Séptima joya de su prolífica carrera, que navega con maestría por el océano de estilos, desde el rock hasta el folk más psicodélico. Si los quieres en vivo y en directo, ven al Sidecar.

Considerada una de las bandas instrumentales y de apoyo más fetén de los últimos diez años, tanto en estudio como en la carretera. Esa cualidad, la de extraordinarios actores de reparto, no se la discute nadie y no hace falta que la reivindiquen.

Pero con What's Left Behind aquí logran combinarla con su faceta de letristas, menos publicitada, con aciertos tan soberbios como The Trial y Sunset To Dawn, cuyas frases parecen salir de dos clásicos perdidos del country.

Con este nuevo disco, el séptimo de estudio que publican, también nos dice que tienen madera literaria. El cuarteto que lideran los hermanos Dallas y Travis Good hace ya tiempo que es la mejor aportación canadiense a la americana desde Blue Rodeo, pero por si alguien aún tenía dudas, aquí está la prueba. What's Left Behind, lo que queda atrás.

Los canadienses The Sadies no han perdido nada por el camino, sin embargo. Llevan desde 1998 trabajándose una personalidad distintiva, con variaciones sutiles en su fórmula, ese tan apetitoso plato de spaghetti western. Sus ingredientes: el gótico sureño a lo Johnny Cash, galopar con Ennio Morricone de fondo, folk psicodélico para después del Apocalipsis, el eco de Sun Records encontrándose con "Easy Rider", el autoanálisis de The Byrds, el surf que pone a Tarantino.

Resultado: transmiten sentimientos familiares, pero con nuevas posibilidades. Pocos grupos hay que canten tan bien como ellos a dos y tres voces.