Una intervenció

A y B se conocen desde hace tres años y son buenos amigos. Quizás incluso "los mejores amigos", pero son como el aceite y el agua, siempre discutiendo (cosa que, por otra parte, les encanta).

Sin embargo, siempre han tenido una relación muy sólida, pero ahora B tiene una nueva novia que A no puede soportar, no ve tan a menudo a sus amigos y siente que algo está cambiando en su interior.

A, por su parte, comienza a tener un problema serio con la bebida, aunque ella lo niega rotundamente, alegando que sólo quiere pasarlo bien. Su último desacuerdo es una inminente intervención militar en un país de Oriente Medio que se encuentra en plena guerra civil. A acaba de regresar de una manifestación en contra. B, en cambio, está plenamente a favor. A medida que avance la intervención militar, su amistad se irá deteriorando cada vez más...

Pero lo que es personal, también es político, aquí: A y B son personas, sí, pero su relación podría muy bien representar los vínculos entre países. Así, al igual que la obra trata los límites de cómo una persona puede -o no- intervenir en el comportamiento o la vida de otra, trata también de cómo un país puede interferir en los asuntos de otro y de si es lícito que lo haga.

En un escenario prácticamente vacío, desprovisto de todo artificio escénico, los actores rompen de vez en cuando la cuarta pared y se convierten en narradores de su propia historia, compartiendo con los espectadores algunos de sus secretos más íntimos y mostrando todas sus cartas, para que seamos nosotros quienes finalmente tomemos partido por uno o por el otro.