Bocairent: El encanto de ser una “ciudad piña”
En la antigüedad, algunos conquistadores otorgaban a una ciudad su nombre en función de la disposición de sus edificios. Así que cuando los musulmanes llegaron a un pueblecito levantino de casas abrazadas a un castillo, el concepto quedó claro: Bocairent se parecía a una piña.
O mejor dicho: a una “Bakirén”, nombre que recibe este pueblo al sur de la provincia de Valencia que una vez acogió a iberos y romanos seducidos por la presencia de los cercanos ríos Vinalopó y Clariano.
Tras la caída del califato de Córdoba, Bocairent terminó perteneciendo a la taifa de Denia y, de allí, al Reino de Valencia en 1245. El resto es historia.
Y es que pasear por Bocairent equivale a hacerlo por un cruce entre un museo viviente y el pueblo de Pedro Picapiedra: desde sus casas talladas en la roca hasta esa estatua que representa a un hombre con la manta al cuello (guiño a la “manta al coll”, todo un himno popular de la provincia de Valencia), pasando por el Pont de Darrere la Villa. Y colgar esa foto donde no falte un #amazingplaces.
De aquí, llegamos a la Iglesia de la Asunción, icono al que conducen todos los caminos de Bocairent. Un templo del arte y la historia donde los cuadros de Sorolla conviven entre obras sacras.
Al terminar, nada mejor que visitar el monasterio rupestre de las Agustina, del siglo XVI; o cruzar el Portal d’Agost, la única de las cuatro puertas del pueblo que sobrevive, para dirigirse al vecino natural de Bocairent: La Sierra de Mariola.
Sierra de Mariola: Let it go
En tiempos antiguos, la ausencia de frigoríficos llevaba a diferentes pueblos a construir pozos de nieve en lugares de gran altitud. La Sierra de Mariola es un buen ejemplo de ello: la altitud de 1390 metros del Montcabrer es lo más cercano al cielo y las nieves que los heladeros guardaban en las cavas de Gran, de Don Miguel, del Buitre o de Sant Blai, la más cercana de Bocairent.
Y así, en modo Frozen, la Sierra de Mariola se presenta como un macizo de laderas tapizadas de matorrales y plantas medicinales, de pinos y barrancos. De un río Vinalopó cuyo nacimiento tiene lugar en la Font de la Coveta, alcanzable desde Bocairent a través de una bonita ruta señalizada.
Como recompensa a la caminata, nada mejor que seguir rumbo hasta Banyeres y detenerse a tomar uno de los platos típicos: la pericana, plato de la vecina provincia de Alicante elaborado con pimientos secos y asados acompañados de ajo, corteza de limón y bacalao rociados de un chorro de aceite de oliva. ¡Ah! Y sin olvidarnos del herbero, un licor de hierbas típico de Sierra Mariola.
Si hay piña de postre, ya no estamos tan seguros.