Los primeros días de septiembre son como el día de la marmota. Puede que sea el estrés postvacacional o que nos ha dado mucho sol durante el verano, pero de repente nos ponemos todos a repetir en bucle cosas como “¿Mis vacaciones? Pues bien, pero ya ni me acuerdo”. Hablemos de lo que nadie habla en septiembre.

Cuando era pequeña había un anuncio que daba más miedo que quedarse encerrado en el cuarto de clavos de Matilda y que, por desgracia, sentenciaba el fin del verano. La tele, muy traidora ella, te metía entre la pausa de tus dibujos favoritos el spot de la vuelta al cole, y te cantaba eso de “volver a empezar otra vez…”. Todavía cambio de canal cuando aparece, como si fuera la canción de Freddy Krueger. Creo que es por eso por lo que el típico artículo hablando de la vuelta al cole tampoco me ha alegrado el día nunca. Aun así, reconócelo, si no existiera lo echaríamos de menos.

En septiembre todavía hace calor, los días son largos, la gente tiene ganas de salir y hay planazos afterwork. “We know”. Pero también volvemos al cole, al trabajo y a todos nos da un poco de bajón postvacacional (y quien diga que ‘no’, miente). Así que vamos a ponernos optimistas porque, como decía Rubianes , ¡el trabajo es la leche! El trabajo dignifica al hombre, te honra, te realiza, te saca brillo y hasta te pule. Una maravilla.

Casal dels Infants
©Casal dels Infants

Lo mejor de todo es que los niños también vuelven al cole. Vuelven a su día a día, a sus clases y a las extraescolares. Y no lo digo por eso que se dice de que los niños necesitan su rutina (y los padres un poco de descanso), lo digo porque la educación es lo mejor que le puede pasar a un niño.

Cuando un bebé nace en una familia desestructurada o en un barrio conflictivo, la educación que reciba será la mejor herramienta para que pueda cambiar su vida. Parte de esta formación llega a través del colegio pero, ¿qué ocurre cuando suena el timbre del final de clase?

Casal dels Infants
©Casal dels Infants

De lo que (casi) nadie habla en en septiembre es de las entidades sociales, que se convierten en el segundo hogar de muchos niños que no tienen un lugar seguro al que acudir cuando el profe se va a casa y la mejor alternativa a quedarse por la calle solos, con todo lo que ello implicaría. Por medio de la educación y el acompañamiento diario, las ONG, como el Casal dels Infants, luchan para que todos los pequeños tengan su oportunidad y alcancen un objetivo brutal: “que aflore la valentía y la capacidad de esfuerzo y de superación que todos llevan dentro”.

En resumen, que me he dado cuenta de que para esos niños “la vuelta al cole”, la vuelta a las actividades y al día a día de su entidad social es más que una canción en la tele, así que el año que viene prometo pensar en estos pequeños buscadores de oportunidades de futuro y no quejarme cuando salga el anuncio.


*El Redondeo Solidario de Atrápalo del mes de septiembre se destina al Casal dels Infants y a sus proyectos de educación a niños y familias en riesgo de exclusión social. Si quieres conocer más formas de hacer un mundo mejor o tienes ideas que quieras compartirnos, escríbenos a atrapalosocial@atrapalo.com.

mm
Me gustan los superhéroes de carne y hueso, que luchan por restablecer el equilibrio y llevar luz a los rincones donde reina la oscuridad. Busco aliados que se sumen a mi causa todos los meses, porque la tierra gira sola, pero el mundo lo hacemos girar nosotros.