Has construido una máquina del tiempo. Genial. En serio, está muy bien pero ¿qué vas a hacer ahora?, ¿irte al pasado?, ¿irte al pasado, cómo? si aprobaste historia sólo porque la profesora os dijo el día antes, previo guiño, que a ella le gustaba mucho la Segunda República, ¡estamos locos o qué! Vamos a dejar esto claro: no se va al pasado a la ligera. No se va al pasado sin saber, que la liamos.

Siento cortarte esa maléfica carcajada, no es que quiera ser una aguafiestas pero la verdad es que te estás precipitando. Construir la máquina del tiempo era la parte fácil, ¡es así!, los viajes a Ikea no han sido en balde y montar y desmontar ya no tiene secretos para nadie que alguna vez haya estado en un piso de estudiantes, el hábitat natural de la librería Billy.

Hacer una escapada por la historia de la humanidad es una idea fantástica pero hay varias cosas que se deben tener en cuenta antes, durante y después del salto. Haz de tu viaje una experiencia segura, divertida e inolvidable tomando nota de estos consejos, 100% auténticos, probados múltiples veces por todos los redactores de Houdinis.

Memoriza el álbum familiar (evitando las paradojas)

A diferencia de otros viajes, que se usan como método de autodescubrimiento, antes de ir al pasado es muy importante que ya nos conozcamos a nosotros mismos. No es una forma de hablar, debemos conocernos bien, literalmente. Repasar los álbumes de fotos y saber identificar a todos los miembros de nuestra familia es un ejercicio fundamental para evitar las temidas paradojas. Presta especial atención a las fotos de los abuelos e investiga por dónde solían salir. Haz todo lo posible por evitar esos sitios como la peste (nota: es igualmente importante que evites también la peste).

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En el caso de encontrarte cara a cara con un antepasado (o contigo mismo) intenta actuar de manera casual y resolver la situación con la mayor rapidez. No tengas relaciones sexuales —por muy seguras que sean— con un antepasado y, lo que es más obvio, no lo asesines. Debes saber que la teoría de la obtención de la inmortalidad vía asesinato de Green Taylor Simms ya ha sido descartada.

Planifica tu viaje (dónde, cuándo y qué)

La historia es muy amplia y está llena de recovecos interesantes, ser testigo de los acontecimientos clave siempre es una experiencia cautivadora pero debes darte cuenta de que el asesinato de Kennedy, la crucifixión de Jesús o la caída del muro de Berlín son ahora eventos tan masificados que es difícil conseguir una buena panorámica para disfrutarlos con comodidad y seguridad.

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Considera como opción alejarte de las fechas más turísticas. Dedicar una tarde a pasear por la Córdoba árabe un día cualquier puede resultar de lo más encantador, sobre todo si terminamos cenando, por contraste, en la Castilla medieval.

A la hora de planificar la escapada recuerda que la discreción es una cualidad obligatoria para cualquier viajero temporal. Investiga bien la época de tu interés y no te limites para ello sólo a los libros de historia, pues estos suelen centrarse más en la descripción y análisis de momentos concretos que en ayudarnos a saber integrarnos en el día a día. Aléjate también de la visión engañosa que presentan las novelas best-sellers estilo La Catedral del Mar porque en ellas prima el entretenimiento frente a la fidelidad histórica.

Los museos son siempre una buena opción para conocer y aprender sobre la forma de vestir y las costumbres de una época concreta aunque, si lo que tenemos decidido es el sitio y no la fecha, las rutas históricas teatralizadas pueden resultar interesantes para hacernos una idea previa de lo que nos vamos a encontrar. Visitar la Sevilla romana, el Madrid de los Austrias, o la Barcelona medieval es más sencillo si conocemos de antemano los edificios culturales clave y su situación en relación a la ciudad actual.

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El efecto mariposa (lo chungo siempre puede ser más chungo)

No voy a explicarte qué es el efecto mariposa. Si no has visto la película de Ashton Kutcher seguro que sí te suena ese especial de Halloween de Los Simpson en el que Homer viaja a la prehistoria con una tostadora (no hay que pedirle realismo o continuidad a los Treehouse of Horror), mata un mosquito y cambia el presente.

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El efecto mariposa es uno de los mayores problemas para los viajeros temporales y, a pesar de lo que digan los gurús de la repetición, no se conoce a día de hoy una manera efectiva de revertir los cambios ocasionados una vez que se pone en marcha la cadena. Todos sabemos que no debemos matar a Hitler, resolver los asesinatos de Jack el destripador o convencer a John Lennon de que la tal Yoko Ono no es para tanto, pero el efecto mariposa va más allá. No intentes invitar a Hemingway a una copa si te lo encuentras por París, no toques la guitarra en un baile de graduación (ni en las fiestas del pueblo) y, por lo que más quieras, no pongas sobre aviso a Kevin Costner del desastre que supondrá Waterworld. No toques nada, intenta no llamar la atención y no destaques. Está en juego el futuro del turismo temporal.

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El pasado puede ser una pasada (pero no tiene WiFi)

Acostumbrados como estamos a depender de los smartphones para todo, puede que muchos encuentren duro orientarse por la cuidad, elegir un restaurante o simplemente hacer una foto sin la ayuda de un teléfono móvil. Sin embargo, como es de sobra conocido, los móviles están en la lista de objetos vetados en un viaje temporal por lo que, de manera obligada, debemos conocer las alternativas.

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En la mayoría de bibliotecas cuentan con un archivo de mapas locales de distintas épocas y siempre es buena idea hacer varias copias de los mismos antes de visitar el pasado. Con la comida y la bebida, no obstante, las cosas se ponen más difíciles. No es sólo que el choque cultural entre lo que se come ahora y los que se comía, por poner un ejemplo, hace 200 años, sea brusco, es que la manera en la que se cocinaba en ciertas épocas y las diferencias en el tratamiento sanitario de la comida puede llegar a ser peligroso para cualquier habitante de la actualidad.

Ante la imposibilidad lógica de llevarnos alimentos suficientes para todo el tiempo que dure la escapada, los expertos recomiendan limitarse a alimentos frescos, especialmente frutas y verduras, cocinados por nosotros siempre que sea posible. La carne es preferible que sea de caza, el pescado, de no estar en una ciudad marítima, mejor en conserva. Siempre deben evitarse guisos o cualquier plato que no haya sido cocinado en nuestra presencia así como lácteos y preparados de huevo si viajamos a antes del descubrimiento de la pasteurización.

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Las plagas y las enfermedades son el verdadero peligro invisible. Ante cualquier síntoma extraño es muy importante que el afectado no vuelva al presente. El protocolo en uso a día de hoy pasa por dejar un mensaje en un sitio donde pueda ser encontrado en la actualidad, indicando enfermedad y localización del afectado. Emergencias médicas intratemporales estudiará el caso y se pondrá en contacto a la mayor rapidez.

Con las claves para ser un viajero responsable, te dejo volver a tu carcajada maligna. Disfruta de tu tour por el tiempo. Si hay algo que aprendimos de H.G. Wells es que nada puede salir mal ¿no es cierto?

Siento cortarte esa maléfica carcajada, no es que quiera ser una aguafiestas pero la verdad es que te estás precipitando. Construir la máquina del tiempo era la parte fácil, ¡es así!, los viajes a Ikea no han sido en balde y montar y desmontar ya no tiene secretos para nadie que alguna vez haya estado en un piso de estudiantes, el hábitat natural de la librería Billy.

Hacer una escapada por la historia de la humanidad es una idea fantástica pero hay varias cosas que se deben tener en cuenta antes, durante y después del salto. Haz de tu viaje una experiencia segura, divertida e inolvidable tomando nota de estos consejos, 100% auténticos, probados múltiples veces por todos los redactores de Houdinis.

Memoriza el álbum familiar (evitando las paradojas)

A diferencia de otros viajes, que se usan como método de autodescubrimiento, antes de ir al pasado es muy importante que ya nos conozcamos a nosotros mismos. No es una forma de hablar, debemos conocernos bien, literalmente. Repasar los álbumes de fotos y saber identificar a todos los miembros de nuestra familia es un ejercicio fundamental para evitar las temidas paradojas. Presta especial atención a las fotos de los abuelos e investiga por dónde solían salir. Haz todo lo posible por evitar esos sitios como la peste (nota: es igualmente importante que evites también la peste).

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En el caso de encontrarte cara a cara con un antepasado (o contigo mismo) intenta actuar de manera casual y resolver la situación con la mayor rapidez. No tengas relaciones sexuales —por muy seguras que sean— con un antepasado y, lo que es más obvio, no lo asesines. Debes saber que la teoría de la obtención de la inmortalidad vía asesinato de Green Taylor Simms ya ha sido descartada.

Planifica tu viaje (dónde, cuándo y qué)

La historia es muy amplia y está llena de recovecos interesantes, ser testigo de los acontecimientos clave siempre es una experiencia cautivadora pero debes darte cuenta de que el asesinato de Kennedy, la crucifixión de Jesús o la caída del muro de Berlín son ahora eventos tan masificados que es difícil conseguir una buena panorámica para disfrutarlos con comodidad y seguridad.

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Considera como opción alejarte de las fechas más turísticas. Dedicar una tarde a pasear por la Córdoba árabe un día cualquier puede resultar de lo más encantador, sobre todo si terminamos cenando, por contraste, en la Castilla medieval.

A la hora de planificar la escapada recuerda que la discreción es una cualidad obligatoria para cualquier viajero temporal. Investiga bien la época de tu interés y no te limites para ello sólo a los libros de historia, pues estos suelen centrarse más en la descripción y análisis de momentos concretos que en ayudarnos a saber integrarnos en el día a día. Aléjate también de la visión engañosa que presentan las novelas best-sellers estilo La Catedral del Mar porque en ellas prima el entretenimiento frente a la fidelidad histórica.

Los museos son siempre una buena opción para conocer y aprender sobre la forma de vestir y las costumbres de una época concreta aunque, si lo que tenemos decidido es el sitio y no la fecha, las rutas históricas teatralizadas pueden resultar interesantes para hacernos una idea previa de lo que nos vamos a encontrar. Visitar la Sevilla romana, el Madrid de los Austrias, o la Barcelona medieval es más sencillo si conocemos de antemano los edificios culturales clave y su situación en relación a la ciudad actual.

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El efecto mariposa (lo chungo siempre puede ser más chungo)

No voy a explicarte qué es el efecto mariposa. Si no has visto la película de Ashton Kutcher seguro que sí te suena ese especial de Halloween de Los Simpson en el que Homer viaja a la prehistoria con una tostadora (no hay que pedirle realismo o continuidad a los Treehouse of Horror), mata un mosquito y cambia el presente.

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El efecto mariposa es uno de los mayores problemas para los viajeros temporales y, a pesar de lo que digan los gurús de la repetición, no se conoce a día de hoy una manera efectiva de revertir los cambios ocasionados una vez que se pone en marcha la cadena. Todos sabemos que no debemos matar a Hitler, resolver los asesinatos de Jack el destripador o convencer a John Lennon de que la tal Yoko Ono no es para tanto, pero el efecto mariposa va más allá. No intentes invitar a Hemingway a una copa si te lo encuentras por París, no toques la guitarra en un baile de graduación (ni en las fiestas del pueblo) y, por lo que más quieras, no pongas sobre aviso a Kevin Costner del desastre que supondrá Waterworld. No toques nada, intenta no llamar la atención y no destaques. Está en juego el futuro del turismo temporal.

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El pasado puede ser una pasada (pero no tiene WiFi)

Acostumbrados como estamos a depender de los smartphones para todo, puede que muchos encuentren duro orientarse por la cuidad, elegir un restaurante o simplemente hacer una foto sin la ayuda de un teléfono móvil. Sin embargo, como es de sobra conocido, los móviles están en la lista de objetos vetados en un viaje temporal por lo que, de manera obligada, debemos conocer las alternativas.

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En la mayoría de bibliotecas cuentan con un archivo de mapas locales de distintas épocas y siempre es buena idea hacer varias copias de los mismos antes de visitar el pasado. Con la comida y la bebida, no obstante, las cosas se ponen más difíciles. No es sólo que el choque cultural entre lo que se come ahora y los que se comía, por poner un ejemplo, hace 200 años, sea brusco, es que la manera en la que se cocinaba en ciertas épocas y las diferencias en el tratamiento sanitario de la comida puede llegar a ser peligroso para cualquier habitante de la actualidad.

Ante la imposibilidad lógica de llevarnos alimentos suficientes para todo el tiempo que dure la escapada, los expertos recomiendan limitarse a alimentos frescos, especialmente frutas y verduras, cocinados por nosotros siempre que sea posible. La carne es preferible que sea de caza, el pescado, de no estar en una ciudad marítima, mejor en conserva. Siempre deben evitarse guisos o cualquier plato que no haya sido cocinado en nuestra presencia así como lácteos y preparados de huevo si viajamos a antes del descubrimiento de la pasteurización.

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Las plagas y las enfermedades son el verdadero peligro invisible. Ante cualquier síntoma extraño es muy importante que el afectado no vuelva al presente. El protocolo en uso a día de hoy pasa por dejar un mensaje en un sitio donde pueda ser encontrado en la actualidad, indicando enfermedad y localización del afectado. Emergencias médicas intratemporales estudiará el caso y se pondrá en contacto a la mayor rapidez.

Con las claves para ser un viajero responsable, te dejo volver a tu carcajada maligna. Disfruta de tu tour por el tiempo. Si hay algo que aprendimos de H.G. Wells es que nada puede salir mal ¿no es cierto?

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Soy el tipo de chica que va tarareando Grease en el supermercado.