Personalicemos nuestra opción a la hora de elegir terraza si queremos disfrutar de lleno del verano y no queremos sentir que nos encontramos en el lugar equivocado. No es fácil elegir, pues la oferta terracera en Madrid y Barcelona es amplísima, ecléctica y creciente, por eso hemos elaborado esta pequeña guía en la que te recomendamos terraza en función de quién eres.

En Barcelona

1. Si eres padre

El Jardí de l’Abadessa

No es un local pensado específicamente para niños, pero este bastión de la Zona Alta en Barcelona es uno de nuestros restaurantes favoritos para ir en familia, pues es espacioso, tranquilo, tienen unas hamburguesas de miedo y además tienen césped, un elemento que suele proporcionar horas y horas de diversión a los más pequeños. Entratanto, los padres sibaritas disfrutarán con una carta que rinde homenaje a la cocina mediterránea en el más amplio sentido del término: aquí hallamos desde un jamón pata negra hasta un humus o un risotto, con pinceladas internacionales como el guacamole o sus pescados en tempura.

Abadessa d’Olzet, 26.

jardiabadessa

 

2. Si eres trasgresor 

Belgious

Pero no eres un transgresor al uso, sino alguien que pretende ir más allá, si cabe, de la transgresión. Te plantas en la Rbla. del Poblenou, en la sencilla pero carismática terraza de la heladería Belgious, rodeado de una clientela variopinta que va desde grupos de adolescentes o adorables pandillas de amigas jubiladas, y te pides un helado de cannabis. O mejor, uno de gambas a la plancha. O te decides por uno de vino tinto o de gin-tonic. Si vas con hambre, nada mejor que una crepizza (sí crepe + pizza) o una crepeburger (la hamburguesa entre crepes, una bomba) para saciar tu apetito. Transgresión pura, pues, en un contexto (y un barrio) que no parece el más proclive a romper con lo establecido. Y esa es la grandeza de Belgious.

Rbla. Poblenou, 24.

belgious

 

3. Si eres un viejo lobo de mar

El Suquet de l’Almirall

Eres de los que en cuanto llega el buen tiempo no quieres oír hablar de ir a ningún sitio desde el que no se escuche el rumor de las olas. Acércate a la terraza de El Suquet de l’almirall, mítico restaurante de la Barceloneta prácticamente recién remodelado, bastión de la cocina marinera en la zona en el que podrás comer cosas como la llamada “paella catalana” inventada por su chef Quim Marquès, unas albóndigas con sepia de nota y otros platos tradicionales, en una terraza siempre ambientada y concurrida.

Passeig Joan de Borbó, 65.

suquet2

 

4. Si eres sofisticado

La Isabela

Americana (si eres hombre) y taconazos (si eres chica). Estas características te definen pero te cansa ir a las consabidas zonas de ocio: te apetece bajar al centro e impregnarte de un poco de ese cachondeo que sólo se respira en Ciutat Vella. La Isabela, terraza con vistas espectaculares al Casco Antiguo en plena Rambla, en el Hotel 1898, es el lugar donde hacerte con un cóctel y alguna tapa de su sofisticadísima carta de snacks mientras ver caer la tarde desde un lugar que debe parecerse mucho, intuyes, al paraíso.

Hotel 1898. La Rambla, 109.

isabela_blog

 

En Madrid

 1. Si eres “artie”

El Mirador del Thyssen

Hay lugares que son sin lugar a dudas un caballo ganador, y este es uno de ellos. Estamos ante la Champions de la terrazas, un espectacular mirador desde el que contemplar Madrid en un entorno en que el arte planea en el ambiente desde que uno entra por la puerta, no en vano está situado en la quinta planta del museo Thyssen-Bornemisza. Aquí hallamos cenas de mantel, glamour y buenos vinos, aunque si preferimos una opción más desenfadada siempre podemos bajar a Las Terrazas del Thyssen, un local en tres niveles ubicado en los jardines, y disfrutar de una oferta igualmente artie, con esa pátina cultureta que le confiere el entorno, pero algo más canalla y con una notable oferta de ‘fast good’.

Museo Thyssen-Bornemisza. Paseo del Prado, 8.

MIRADORTHYSSEN_blog

 

2. Si quieres huir 

Cien Llaves

Vives o trabajas en el centro, pero detestas sus aglomeraciones. O estás en uno de esos días de aguda misantropía en los que te gustaría ser ermitaño y olvidar para siempre al género humano. Para esas ocasiones, el flamante oasis rodeado de vegetación que se encuentra en el Palacio de Linares puede ser la opción perfecta para olvidar el centro sin salir del centro y degustar una carta tradicional, con platos sencillos y reconocibles, en un entorno moderno y muy agradable. Lo bueno del Palacio de Linares es que lo tiene todo: desde el flamante Cien Llaves para las cenas de verano hasta la terraza en la que tomar copas hasta la madrugada.

Palacio de Linares. Paseo de Recoletos, 2.

CIENLLAVES_blog

 

3. Si eres un romántico “old school” 

El Jardín de Miguel Ángel

Para ti, que sientes que ya no quedan hombres como los de antes, aquellos que abrían la puerta del coche a las damiselas sin temor a que se les cayese la flor de la solapa, que crees que Madrid se ha convertido en un paraíso de barbudos malolientes en bici, aún existe un lugar en el que comprenden a la gente como tú. Se encuentra en el Hotel Miguel Ángel, un gran hotel de cinco entrellas con un flamante jardín de 1000 metros cuadrados que en verano constituye un paraíso alejado del mundo, entre cuya frondosa vegetación podrás perderte para degustar alguna de sus tapas y platillos de cocina tradicional, desde el ibérico a los chocos o el guacamole.

Hotel Miguel Ángel. Miguel Ángel, 29.

EJDMA_blog

 

4. Si eres un hipster

Ana La Santa

Eres de ese tipo de personas -que normalmente viven en el anonimato tratando de evitar que se las tache de superficiales- que a la hora de escoger un restaurante anteponen interiorismo, detallitos y ‘charm’ a los placeres de la cocina. De esos que probablemente se interesen antes por el nombre del arquitecto que por el del chef, que pregunten antes por el estudio de diseño que ha creado las cartas que de dónde vienen esos tomates. Ojo, con esto no queremos decir que esté mal la carta de Ana la Santa, en el hotel ME de Madrid (por lo tanto en pleno meollo de tapeo y bullicio), pues estamos ante una cocina mediterránea impecable de irreprochable elaboración (y estética), sino que en todo lo extragastronómico este local monísimo que reúne al hispterismo más sofisticado de la capital arrasa por goleada.

Hotel ME. Plaza de Santa Ana, 14.

analasanta_blog

Personalicemos nuestra opción a la hora de elegir terraza si queremos disfrutar de lleno del verano y no queremos sentir que nos encontramos en el lugar equivocado. No es fácil elegir, pues la oferta terracera en Madrid y Barcelona es amplísima, ecléctica y creciente, por eso hemos elaborado esta pequeña guía en la que te recomendamos terraza en función de quién eres.

En Barcelona

1. Si eres padre

El Jardí de l’Abadessa

No es un local pensado específicamente para niños, pero este bastión de la Zona Alta en Barcelona es uno de nuestros restaurantes favoritos para ir en familia, pues es espacioso, tranquilo, tienen unas hamburguesas de miedo y además tienen césped, un elemento que suele proporcionar horas y horas de diversión a los más pequeños. Entratanto, los padres sibaritas disfrutarán con una carta que rinde homenaje a la cocina mediterránea en el más amplio sentido del término: aquí hallamos desde un jamón pata negra hasta un humus o un risotto, con pinceladas internacionales como el guacamole o sus pescados en tempura.

Abadessa d’Olzet, 26.

jardiabadessa

 

2. Si eres trasgresor 

Belgious

Pero no eres un transgresor al uso, sino alguien que pretende ir más allá, si cabe, de la transgresión. Te plantas en la Rbla. del Poblenou, en la sencilla pero carismática terraza de la heladería Belgious, rodeado de una clientela variopinta que va desde grupos de adolescentes o adorables pandillas de amigas jubiladas, y te pides un helado de cannabis. O mejor, uno de gambas a la plancha. O te decides por uno de vino tinto o de gin-tonic. Si vas con hambre, nada mejor que una crepizza (sí crepe + pizza) o una crepeburger (la hamburguesa entre crepes, una bomba) para saciar tu apetito. Transgresión pura, pues, en un contexto (y un barrio) que no parece el más proclive a romper con lo establecido. Y esa es la grandeza de Belgious.

Rbla. Poblenou, 24.

belgious

 

3. Si eres un viejo lobo de mar

El Suquet de l’Almirall

Eres de los que en cuanto llega el buen tiempo no quieres oír hablar de ir a ningún sitio desde el que no se escuche el rumor de las olas. Acércate a la terraza de El Suquet de l’almirall, mítico restaurante de la Barceloneta prácticamente recién remodelado, bastión de la cocina marinera en la zona en el que podrás comer cosas como la llamada “paella catalana” inventada por su chef Quim Marquès, unas albóndigas con sepia de nota y otros platos tradicionales, en una terraza siempre ambientada y concurrida.

Passeig Joan de Borbó, 65.

suquet2

 

4. Si eres sofisticado

La Isabela

Americana (si eres hombre) y taconazos (si eres chica). Estas características te definen pero te cansa ir a las consabidas zonas de ocio: te apetece bajar al centro e impregnarte de un poco de ese cachondeo que sólo se respira en Ciutat Vella. La Isabela, terraza con vistas espectaculares al Casco Antiguo en plena Rambla, en el Hotel 1898, es el lugar donde hacerte con un cóctel y alguna tapa de su sofisticadísima carta de snacks mientras ver caer la tarde desde un lugar que debe parecerse mucho, intuyes, al paraíso.

Hotel 1898. La Rambla, 109.

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En Madrid

 1. Si eres “artie”

El Mirador del Thyssen

Hay lugares que son sin lugar a dudas un caballo ganador, y este es uno de ellos. Estamos ante la Champions de la terrazas, un espectacular mirador desde el que contemplar Madrid en un entorno en que el arte planea en el ambiente desde que uno entra por la puerta, no en vano está situado en la quinta planta del museo Thyssen-Bornemisza. Aquí hallamos cenas de mantel, glamour y buenos vinos, aunque si preferimos una opción más desenfadada siempre podemos bajar a Las Terrazas del Thyssen, un local en tres niveles ubicado en los jardines, y disfrutar de una oferta igualmente artie, con esa pátina cultureta que le confiere el entorno, pero algo más canalla y con una notable oferta de ‘fast good’.

Museo Thyssen-Bornemisza. Paseo del Prado, 8.

MIRADORTHYSSEN_blog

 

2. Si quieres huir 

Cien Llaves

Vives o trabajas en el centro, pero detestas sus aglomeraciones. O estás en uno de esos días de aguda misantropía en los que te gustaría ser ermitaño y olvidar para siempre al género humano. Para esas ocasiones, el flamante oasis rodeado de vegetación que se encuentra en el Palacio de Linares puede ser la opción perfecta para olvidar el centro sin salir del centro y degustar una carta tradicional, con platos sencillos y reconocibles, en un entorno moderno y muy agradable. Lo bueno del Palacio de Linares es que lo tiene todo: desde el flamante Cien Llaves para las cenas de verano hasta la terraza en la que tomar copas hasta la madrugada.

Palacio de Linares. Paseo de Recoletos, 2.

CIENLLAVES_blog

 

3. Si eres un romántico “old school” 

El Jardín de Miguel Ángel

Para ti, que sientes que ya no quedan hombres como los de antes, aquellos que abrían la puerta del coche a las damiselas sin temor a que se les cayese la flor de la solapa, que crees que Madrid se ha convertido en un paraíso de barbudos malolientes en bici, aún existe un lugar en el que comprenden a la gente como tú. Se encuentra en el Hotel Miguel Ángel, un gran hotel de cinco entrellas con un flamante jardín de 1000 metros cuadrados que en verano constituye un paraíso alejado del mundo, entre cuya frondosa vegetación podrás perderte para degustar alguna de sus tapas y platillos de cocina tradicional, desde el ibérico a los chocos o el guacamole.

Hotel Miguel Ángel. Miguel Ángel, 29.

EJDMA_blog

 

4. Si eres un hipster

Ana La Santa

Eres de ese tipo de personas -que normalmente viven en el anonimato tratando de evitar que se las tache de superficiales- que a la hora de escoger un restaurante anteponen interiorismo, detallitos y ‘charm’ a los placeres de la cocina. De esos que probablemente se interesen antes por el nombre del arquitecto que por el del chef, que pregunten antes por el estudio de diseño que ha creado las cartas que de dónde vienen esos tomates. Ojo, con esto no queremos decir que esté mal la carta de Ana la Santa, en el hotel ME de Madrid (por lo tanto en pleno meollo de tapeo y bullicio), pues estamos ante una cocina mediterránea impecable de irreprochable elaboración (y estética), sino que en todo lo extragastronómico este local monísimo que reúne al hispterismo más sofisticado de la capital arrasa por goleada.

Hotel ME. Plaza de Santa Ana, 14.

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