Uno no es de piedra. Esa es la verdad. Y si ya tiene cierto gusto por el buen comer, la materia prima de calidad y el postureo (¿por qué no?), pues revisa los 9 restaurantes recomendados en su día, se viene arriba y ¡alehop! Cual titiritero de Serrat, se saca de la manga nuevas recomendaciones de chuparse los dedos y marcarse algún que otro puntazo, para deleite del personal. Y mirando al tendido. Os dije que volvería a por más. Cual moneda en la Fontana di Trevi, siempre dicen que el asesino vuelve al lugar del crimen. Así de fácil es disfrutar en Cataluña.

¡Allá vamos!

Experiencia OleoGenial

La verdad es que puedes cruzar Cataluña de olivo en olivo y de molino en molino. Por eso, existe la llamada cultura milenaria del aceite tan enraizada desde el cultivo de la aceituna hasta que el líquido dorado llega a tu mesa. Y es ahí donde la generosidad de los explotadores aceiteros catalanes aparece cual maná caído del cielo, pues te abren su oleocorazón para descubrirte los secretos de este oro líquido. Y aquí os los dejo:

El legado dorado de Ventalló

Corre. Disfruta de la visita guiada, sube a la montaña del Padró, contempla las vistas de la bahía de Roses e inúndate de paisaje verde con ribetes dorados. Cruza el  pueblo de Ventalló y sus casas de piedra. Y cata sus aceites como si no hubiera mañana. Ya sea en cualquiera de las visitas organizadas a cualquier hora del día… El molino, sus aceites y hasta sus vinos harán que se te haga la boca agua. ¿Quién dijo que al agua y el aceite estaban peleados?

Olis Ventalló

Oleoturismo y tranquilidad

Amigos, hablamos de 110 hectáreas de olivos, 6.500 m2 de jardines y casi once siglos de tranquilidad en la Canonja, muy cerca de Tarragona. Descanso y degustación de aceites elaborados en la misma finca. El Molino de La Boella, hotel gastronómico de nivel, es una almazara que produce tres variedades diferentes: arbequina, arbosana, y koroneiki, de origen griego. Bueno, hay una cuarta variedad, su vino sin igual, del que podrás disfrutar en las catas de aceite y vino. Pero además, hay una quinta especialidad: la felicidad que te queda al salir de ahí.

Hotel Gastronòmic La Boella

Olea Soul: actividades con los cinco sentidos

Aceite es sinónimo de les Garrigues. Y con Olea Soul podrás disfrutar de un gran desayuno, en el campo, en el centro del olivar (inigualable). Además, a la brasa, lecciones de cosecha de aceitunas a la manera tradicional, cata de aceites y texturas y una comida con productos locales para rematar. Bien regado con vinos DO Costers del Segre puedes ir al Museo del Aceite de Cataluña, en el municipio de Granadella. Y llorar de alegría.

¡Sí, chef!

Pero claro. Ahora me dirás que eres de esos cocinillas de hoy en día. Pues también tengo algo para ti. La gastronomía catalana tiene infinidad de platos para mostrarte. Para entenderla, lo mejor es acercarte a los fogones y aprender. ¿Estás listo? Solo di ¡sí, chef!

En bcnKITCHEN, de entre los diferentes cursos que organizan en Barcelona, ​​hay uno especializado en cocina catalana. Son cinco recetas imprescindibles: coca de recapte con olivada, escalivada y queso de cabra; habas a la catalana; suquet de pescado y crema catalana con coca de chicharrones. Todo elaborado por ese chef Michelin que está atrapado en tu cuerpo de mochilero.

BCN Kitchen

El Hotel Barcelona Catedral, en el barrio Gótico, te abre su cocina con el chef Xavier Arrey al frente, donde comparte sus trucos culinarios para que te conviertas en un experto de los fogones. Secretos que solo pasan de druida a druida, como en el bosque de los carnutes de Asterix. Además, tienes opción de saborear vinos catalanes sin moverte (ni zigzaguear) de ahí mismo gracias al sumiller del hotel.

Dos viejos conocidos en el mundo Houdini, el Gran Claustre en Tamarit, cuyo chef te enseñará a diseñar y elaborar un menú degustación digno del mejor profesional (o de ti mismo) y el Hotel gastronómico L’Algadir del Delta, que además de las virtudes ya mencionadas en anteriores entregas, ha creado Ebre Cooking Experience, talleres de cocina para intrépidos cocineros.

Productos, cultura y diversión

Si podemos hacer dos, tres, cuatro o cinco artículos sobre gastronomía sin empacharnos será porque el producto que crece y se mima en esta tierra es espectacular y variado: igual que hay gente (de bien) que es del Espanyol, otros que son de Barça, unos que leen a Josep Pla u otros que escuchan a Melendi (allá ellos), en Cataluña tenemos productos de mar, de montaña, de temporada… Una vez los pruebes sabrás identificarlos de memoria con más facilidad que cualquier palabra que pueda decir Ferrán Adrià.

Montblanc es Historia viva y de degustación

Lo histórico de Montblanc viene dado, además de sus muros del Siglo XIV, también, por su gastronomía, por ejemplo, los embutidos que hacen que se te vaya la cabeza. ¿O lo que hace que se te vaya son los vinos de las seis bodegas, que forman parte de la DO Conca de Barberà, y el museo del vino? En cualquier caso, es una experiencia imperdible.

Oficina de Turisme de Montblanc

Barcelona vuelta y vuelta. Y vuelta, de volver

Cesc y Àlex de Aborígens, apasionados de la gastronomía catalana, crean el Off Barcelona food tour. “Una aventura real”, dicen sus creadores. Una aventura brutal. Descubrir pequeñas bodegas de barrio, bares históricos o restaurantes un poco más modernos como si fueras un barcelonés más. Aunque lo seas, que nadie es perfecto.

Charlie y su fábrica están Cataluña

La Xocoexperience del Museu de la Xocolata, en Barcelona, para hacer en pareja o con un amigo, te transportará al ingenio de Roald Dahl o incluso de Tim Burton, con cuatro modalidades diferentes: Chocolate & Piruletas, Chocolate & Xocolating, Chocolate & Vinos y Chocolate & Cata. Acabarás siendo capaz de distinguir las diferentes variedades de chocolate y sus características.

Museu de la Xocolata

Palau Moja: patrimonio y degustación

En el centro de Barcelona, con una atmósfera del siglo XVIII, un palacio se alza en protección del Patrimonio de la región, pero que esconde un rincón gastronómico donde conocer todas las peculiaridades de Cataluña. No en vano hablamos de un lugar con  una oficina de turismo, un restaurante de cocina catalana y una tienda de souvenirs y cualquier producto gastronómico catalán.  Y cuando digo “cualquier” quiero decir “cualquier”. Y además, al caer la tarde, buena conversación, una copa de vino en la mano y un pincel donde plasmar tus ideas creativas. Déjate llevar y prueba más allá de dibujar un 6 y un 4.

La ‘Odisea’ en Òpera Samfaina: sentimiento con vermut

No podía faltar el Gran Teatro del Liceu de Barcelona. Espectacular entorno, brillos, luces, arte… Òpera Samfaina son cinco espacios en un mismo recinto. La Vermutería y su aperitivo de presentación;  ‘La Odisea’, de Franc Aleu; y después, una cata excepcional de vinos y productos catalanes seleccionados por los hermanos Roca. ¿La guinda? Una proyección audiovisual en 360 grados, protagonizada por un héroe muy parecido al chef Jordi Roca. Cada acción viene acompañada por una cata de plato y de vino.

Òpera Samfaina

Titiritero ¡alehop! De feria en feria

De propina, como es costumbre, os dejo un par de cosas: las ferias gastronómicas.

Fira Safrània  

¿Conocéis la historia del azafrán? Pues de nuevo a Montblanc, a la feria gastronómica de proximidad. Tan próxima que parece de la familia: vinos, cavas, quesos y otros productos de la Conca de Barberà. La Fira Safrània es la oportunidad de degustar productos autóctonos exquisitos. (3, 4 y 5 de noviembre de 2017).

Barcelona Beer Festival

Esta es mi propina especial. Agua, malta, lúpulo y levadura. ¿La nueva fórmula de Nocilla? No, son los cuatro ingredientes clave de la cerveza. Descúbrelas todas en el Barcelona Beer Festival, el más importante del sur de Europa y un punto de encuentro para los amantes de la cerveza. Te espera una gran barra con más de 500 variedades distintas para probar en rotación ¿podrás resistirte?

Barcelona Beer Festival

En definitiva, ¿se os ocurre una forma mejor de buscar la felicidad? No, porque la felicidad se creó en Cataluña.

Créditos: portada (Òpera Samfaina); destacado (Hotel Gastronòmic Gran Claustre)
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Siempre creo que me he dejado la llave del gas abierta.