1. Bohemian Rhapsody, de Queen

Cuando en 1974 Freddie Mercury y el resto de Queen presentaron a sus productores la idea de Bohemian Rhapsody, a éstos les costó creer que una canción con una estructura más cercana a una rapsodia que a la música comercial pudiera tener éxito. Por suerte, para cuando fue lanzada un año después, aquella canción que incluía una secuencia de ópera, rock, solo de guitarra y coda en un mismo envoltorio pilló al mundo desprevenido. Tanto, que nadie pudo librarse de su embrujo hasta coronarla como la canción insignia de Queen. 

2. Like a Rolling Stone, de Bob Dylan

Nacido a partir de un poema que Dylan escribió, exhausto, tras una gira por Inglaterra en 1965, Like a Rolling Stone apostaba por un toque asertivo al que un riff de órgano terminó de convertir en icono. A pesar de las dudas de Columbia Records por lanzarla, los primeros críticos no tardaron en hacer de ella el éxito que marcaría un antes y un después en la carrera del también Premio de Literatura

3. Stairway to Heaven, de Led Zeppelin

En la historia del rock existen canciones. . . y después Stairway to Heaven. La culpable del considerado como mejor riff de guitarra de la historia por medios como Rolling Stone o Guitar World se convirtió en piedra angular de la mejor estrategia del grupo londinense: incluirla en su álbum Led Zeppelin IV pero no en formato físico (sí, antes de Spotify las cosas eran algo diferentes), lo cual contribuyó a unas ventas masivas del disco tras su lanzamiento en noviembre de 1971. 

4. Hey Jude, de The Beatles

Ay Beatles, ¿por dónde empezamos? ¿Por la melancolía de Let It Be? ¿La nostalgia de Yesterday? ¿La psicodelia de Yellow Submarine? Difícil decisión, si bien nosotros nos quedamos con una de sus canciones más icónicas del grupo: Hey Jude, esa pieza nacida del Hey Jules! Que Paul McCartney escribió al hijo de John Lennon para consolarle por el divorcio de sus padres. Cincuenta y ún años después, el hit de los de Liverpool sigue sin conformarse con sus más de 6 millones de copias distribuidas, permaneciendo en la memoria colectiva como una de las grandes canciones no solo del rock, sino de la historia. 

5. Sweet Chil o’ Mine – Guns N’ Roses

Escrita en apenas cinco minutos por Axl en honor a su entonces novia Erin Everly, la canción más famosa de Guns N’ Roses trascendió gracias a un riff de guitarra convertido ya en uno de los más icónicos de la historia. El mejor ejemplo de cómo el rock también puede adaptarse a la balada evocando  una nostalgia aún presente en todos aquellos que la escuchamos en nuestros días más bajos. 

En el Día Mundial del Rock, bailar estas canciones suponen tan solo el principio de la oda a un género inmortal. Uno a saborear al final de la barra de un bar al principio de una noche eterna.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.