La magia de la Navidad no vive en los centros comerciales atestados de compradores, ni en las pilas de regalos que posiblemente no utilizaremos el próximo año. No entiende de materialismo ni de costumbres importadas, sino de un sentimiento universal que hoy mora en los rincones más insospechados. Y ese lugar está mucho más cerca de lo que imaginas. En concreto, a 55 minutos de Madrid.

Será conduciendo hasta Toledo cuando la estrella fugaz se cruce en mitad de la carretera y te guíe hacia el reino de los deseos. Aquí el pan de hogaza sale recién hecho del horno y las virutas que flotan al calor de un buen fuego. De fondo, se escuchan los cantos de un coro celestial, los destellos brotan de un puestecito a otro y la magia se esconde entre los hornos de un panadero para guiarte hasta el Castillo de Vivar, el hotel secreto donde los Reyes Magos se hospedan del 3 de diciembre al 4 de enero, antes de la Cabalgata de Año Nuevo.

El ponche navideño os da la mejor bienvenida, y la castañera ya tiene preparados todos los cucuruchos. Daniela, una abuelita de El Arrabal, tiene listas las gachas y – un secreto -, a Melchor se le ha visto comiendo secreto con romero en una taberna. Rumores que invitan a ser descubiertos en los mercados de las plazuelas y caminos engalanados para la esperada ocasión. Ahí van niños con los ojos iluminados, el artesano cuyas manos moldean la memoria y las calles dilatadas al ritmo de las panderetas, zambombas y carracas. Las luces os guiarán, ya no estamos en 2022 sino en otra época donde la magia se desnuda y la Navidad es tal como la imaginamos en la infancia, en otra vida. 

En las cabalgatas de Puy du Fou hay rebaños de ovejas y cabras y, en lugar de caramelos industriales, lucen oro, incienso y mirra. La época más bonita del año convive con otros personajes y 1500 años de historias condensadas en un solo espacio. En el espectáculo inmersivo “El Último Cantar” viajamos a una Castilla fragmentada en manos de un joven Cid Campeador cuya leyenda permanece viva. En el Gran Corral de Comedias, todo el mundo luce sus mejores galas y Don Fernán Gómez, corregidor de Toledo, se estrena como autor de teatro. Navidad también es dicha y risa, como comprobaréis en el espectáculo “A Pluma y Espada”. Y emoción, como en la épica ruta de Cristóbal Colón en “Allende la Mar Océana”. Y renacer, como todos los héroes de nuestra historia que resurgen en “El Vagar de los Siglos”. Y embriagado por tantas sensaciones, la noche toledana te invita a disfrutar del silencio en un cielo salpicado de estrellas que anuncian que ya se acerca el gran día.

En algún momento olvidaréis todo lo que habéis dejado atrás. Ahora solo queda contemplar, maravillarse, incluso agarrarse de la mano mientras la historia baila con todos sus luces. Existe un lugar donde late otra fiesta y el mejor presente consiste en perderse en familia para volver a oler el pan del pueblo, ver las aves competir con las estrellas y revivir el espíritu de la magia. Con Puy du Fou, el mejor regalo es volver a la versión más auténtica de la Navidad.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.