Han visto elfos en los alrededores de Zúrich. Renos extraviados y pilas de regalos sospechosos junto a un trineo. Algo nos dice que nuestras sospechas se confirman; no hay más que mirar alrededor. En Zúrich, la Navidad ha pasado de ser una fiesta a un ritual de luces y magia, al perfecto cruce entre tradición y modernidad. 

Luces de Navidad en Zúrich

Para empezar, en Zúrich existe un mercado navideño para cada visitante. Desde el más antiguo de toda la ciudad, ubicado en el casco antiguo, hasta el pueblo de Navidad de Sechseläutenplatz, pasando por el enorme árbol navideño de la Estación central de Zúrich, la ciudad suiza se despliega en forma de tiendas sostenibles. Dicen que aquí puedes encontrar los mejores chocolates e incluso pociones secretas para convertir castañas en bolas de árbol de Navidad.

Zurich mercados navideños

Y es que en Zúrich, es fácil caer en nuevos embrujos: bajo sus instalaciones lumínicas, en una plaza secreta o entre los aromas de un queso que podemos saborear en todos sus formatos posibles en diferentes restaurantes. Aquí la fondue se pide, se lleva y se saborea, ya sea en un coche, en un chalet acogedor o incluso en un barco navegando sobre una alfombra de estrellas. 

Pero Zúrich no se conforma con los tópicos y siempre busca ir más allá: el Adviento y la Navidad se caracterizan por sus experimentos, con ejemplos como sus bares pop-up, sus eventos o incluso su capacidad de unir deporte y Navidad: ¿te atreves a nadar en su río durante el Samichlausschwimmen? ¿Realizar la maratón navideña de Zürcher Silvesterlauf? La reinvención navideña era esto y guarda más de una sorpresa. El Hotel Noël también lo sabe.

Este hotel pop-up ofrece 10 habitaciones de 10 hoteles diferentes de la ciudad diseñadas por 10 artistas de muy diversos ámbitos creativos. Las habitaciones invitan a descubrir y permanecer en mundos creativos donde la Navidad suponga la excusa para viajar a nuevas dimensiones. También dicen que El Grinch ya ha reservado una de las habitaciones, pero viene de incógnito.

Hotel Noël

Mientras, en una esquina los niños cantan, el olor a vino caliente te embriaga y un halo celestial invade la ciudad. Los elfos emprenden el camino, los renos se reúnen y el mundo levanta la mirada. Un trineo abandona el centro de la ciudad y entonces comprendemos por qué este año la Navidad comienza en Zúrich. Los rumores eran ciertos.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.