Nos gusta viajar, hacer las maletas y dejarnos llevar por un avión o un tren a cualquier rincón del mundo que esté lo suficientemente lejos de nuestra rutina. Viajar es de las mejores terapias que existen, y hoy descubrirás por qué Alentejo tiene todos los números de ser tu siguiente destino a marcar en el mapa. Más allá del vino y sus playas, esconde otras 4 maravillas que te van a enamorar.
1. Las ciudades de Évora y Elvas

Alentejo esconde dos ciudades de cuento, que fueron declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se trata de Évora y Elvas, dos mundos paralelos en los que viajar en el tiempo es posible solo con pisar sus calles. Évora, a solo una hora de Badajoz, es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Portugal, completamente amurallada. Sus calles serpenteantes te transportarán a un laberinto de película, repleto de rincones ocultos y plazas llenas de vida. Si decides dejarte caer por aquí, no te pierdas la inquietante capilla de los huesos y la Praca do Giraldo, de donde salen las principales arterias de la ciudad a los principales monumentos.
En cuanto a Elvas, es la ciudad que esconde la mayor colección de fortificaciones-baluarte del mundo. Cuenta con un sistema de murallas y fosos que configuran la fortificación terrestre de mayor tamaño a nivel mundial, y dispone de hasta cuatro líneas de murallas construidas en diferentes momentos de la historia. ¿Nuestra recomendación? Si quieres empaparte bien de la cultura y el patrimonio de este punto del mapa, no te pierdas el Fuerte de Santa Lucía, el Acueducto de Amoreira, la Plaza de la República y el Castillo de Elvas.
2. El arte de los souvenirs

No negarás que siempre que viajas intentas traerte un pedacito de ese rincón a tu lugar de origen. Tal vez lo hagas en forma de souvenir, fotografía o hasta recuerdo imborrable de esos que siempre se recuerdan, pase lo que pase. En Alentejo tendrás mucho que escoger, y aquí van algunas ideas. Como souvenir hazte con un Chocalho, un instrumento de percusión tradicional que realiza un sonido inconfundible y se usa principalmente en las zonas rurales de Alentejo. Siempre puede quedar muy bien como decoración en tu salón, y quién sabe, tal vez logras despertar el músico que llevas dentro ;) Pero si la música no te motiva especialmente, no te pierdas las míticas muñecas de Estremoz, un conjunto de figuras de arcilla de lo más auténticas que, desde el siglo XVIII, retratan escenas tradicionales.
Aun así, si lo que buscas no es algo material, sino algo para darle un capricho a tus sentidos, no necesitas más que un espectáculo de cante alentejano. Se trata de una expresión musical única en el mundo, reconocida como Patrimonio Cultural inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO. ¿Te lo perderías? Y ya que hablamos de espectáculos… debes saber que en Alentejo hay mucho arte y pasión por la cetrería, así que si quieres disfrutar de un show de aves rapaces entrenadas, acabas de encontrar tu lugar.
3. El cielo estrellado de Alqueva

¿Sabías que Alqueva ha sido el primer lugar del mundo que ha recibido la certificación de “Destino Turismo Starlight”? Se trata de un reconocimiento que cuenta con el apoyo de la UNESCO y que indica que el cielo de ese lugar tiene una calidad excelente para la contemplación de las estrellas y la práctica de actividades basadas en este recurso. Hazte con tu tienda de campaña y alguna que otra manta, y lánzate a la aventura de contemplar en silencio las constelaciones y galaxias durante tooooda la noche.
4. Naturaleza en estado puro

Aunque a veces se nos olvide, necesitamos una dosis de naturaleza en estado puro para sobrevivir en la selva de asfalto. Castro Verde, situado en el interior del Bajo Alentejo, es un lugar perfecto para dejar de lado la gran ciudad y sumergirse en los paisajes más verdes y naturales. Cuenta con una reserva de biosfera de más de 50.000 hectáreas y con la estepa cerealista más importante de España, además de una flora y fauna como pocas. Si eres un enamorado de la naturaleza, tienes que dejarte caer por sus bosques infinitos repletos de alcornoques, bautizados como “Montado”. ¡Ah! Y si también te gusta comer y beber bien, no te vayas sin antes probar el milenario “Tahla wine”, vino hecho en ánforas de arcilla a partir de técnicas desarrolladas por los propios romanos, y que ha ido pasando de generación en generación hasta nuestros días.
Alentejo quiere robarte el corazón, así que no lo pienses más y atrévete a descubrir estas 4 maravillas de esta región portuguesa. Al fin y al cabo, siempre es un buen día para emprender una nueva aventura.