Aunque no os lo creáis, soy un tipo cosmopolita. Y aficionado a las series. Y todas estas sitcom exitosas suceden en algún barrio uptown de Nueva York, Londres, París… pero ¿dónde está esa serie que haga justicia a Zaragoza?

Yo, como la echo de menos, me veo capaz de lanzar aquí el briefing completo, a ver si algún productor recoge el guante y se atreve a reivindicar conmigo. La podríamos titular Amaral, y estaría ambientada en la Zaragoza de hoy, que da de sobra para cumplir las exigencias del guión que toda comedia de situación requiere.

En primer lugar, necesitamos una ubicación

El piso de Friends o la comunidad de The Bing Bang Theory tienen muy claro su centro de operaciones. Yo, el inmueble donde habitarán los personajes de la serie me lo imagino por la zona de Joaquín Costa, Jerónimo Zurita, la plaza de los sitios… lugar de encuentro, de situaciones cómicas y con mucha vida social. Porque todo el mundo sabe que, aunque el cierzo arrecie, la gente en Zaragoza siempre sale a la calle. Por eso es ideal para ir, para vivir y para rodar.

Una foto publicada por PAULA DURÁN ?? (@pauladuran_b) el 21 de Nov de 2016 a la(s) 4:09 PST

Toda serie que se precie debe tener también sus exteriores

Seguro que el primer capítulo se contextualiza con algún personaje saliendo de la Basílica del Pilar, no sólo para identificar la ciudad, sino para hacer justicia a este templo barroco que, pase lo que pase, tengas la edad que tengas, marca un antes y un después en tu vida.

Y este protagonista y sus amigos, como son gente culta, después de admirar las pinturas de Goya en la Basílica, deciden hacer un homenaje a su antecesores y se dirigen a la cafetería San Siro a desayunar. Es un día importante en la vida de todos, pues van a  descubrir los rincones de la ciudad que pocos conocen. Digamos que son jóvenes estudiantes recién llegados a la ciudad. Disfrutarán de la Aljafarería o la belleza de la Puerta del Carmen, allí pegada a la Plaza de Aragón, entre líos y malentendidos dramáticos propios de la edad que harán las veces de hilo conductor a lo largo del Paseo Pamplona y el Paseo María Agustín.

Una foto publicada por conmisojos (@conmisojos) el 16 de Abr de 2016 a la(s) 6:17 PDT

Hace falta un bar, claro

Ya se sabe que hoy en día, para que una producción de este tipo triunfe, ha de existir un bar estilo aquél que había en Ally McBeal, el Central Perk o el mítico Cheers. Y ya que nos movemos en el barrio que nos movemos, ataquemos sin compasión y lo que en Nueva York son Manhattan y Dry Martini o en París son Bloody Mary, en Zaragoza son tapas, vinos y cañas. Mucho mejor. Dónde va a parar. Y parar es precisamente lo que vamos a hacer en el entorno de El Tubo. Tapas de altísimo nivel, vino de todo tipo (si puede ser de denominación de origen aragonés, mejor, que con eso igual sacamos un patrocinio) y conversación y risas sin parar. Tapearemos de día o de noche, depende del capítulo y de la tensión que los guionistas decidan poner al momento en cuestión. Y si en la Fontana di Trevi se pide Ritornare, en El Tubo habría que decir que quien tubo, retuvo. Porque uno puede seguir siendo eternamente joven allí.

Una foto publicada por Javi Vargas (@jvargasgonzalez) el 20 de Nov de 2016 a la(s) 4:01 PST

Siempre hay tiempo para ir de compras y para Woody Allen

Los personajes se suelen dejar ver por algún centro comercial de nivel, estilo Puerto Venecia, con las mejores marcas y los mejores dependientes, grandes cines y comercios. Será útil para ello crear un personaje adicto a las compras que genere alguna situación cómica porque NECESITA otro par de zapatos, a lo Carrie de Sexo en Nueva York.

Y habrá tiempo también para el momento Woody Allen: la puesta en situación de determinados personajes en sitios emblemáticos de la zona para, aprovechando la trama, lucir descaradamente los encantos la ciudad. Y nada mejor para eso que el entorno de la Expo del Agua de 2008, modernidad estilo contemporáneo, que nos deja un sabor refrescante con la Torre del Agua, el Acuario o el Palacio de los Congresos.

Una foto publicada por Marta (@martaperi) el 29 de Dic de 2016 a la(s) 3:53 PST

El amor y todo lo demás

Eso que normalmente sucede en un entorno nocturno, que podemos situar en el Ginger, o en el Bokoto o en el Doble 1, locales de moda, casi de culto a día de hoy. Estos amigos encontrarán ahí el entorno perfecto para enrollarse, desenrollarse y recomponer varias veces sus aventuras y desventuras.

Sabemos, pues, que la ciudad está llena de historia mudéjar, renacentista, modernista, contemporánea; sabemos también que podemos disfrutar de Puerta Cinegia, de El Tubo o de la Zona. Además, el paseo por la ribera de Ebro o por las plazas de España, de Aragón, de los Sitios o del Pilar nos darán un entorno en el que Tom Cruise podría haber rodado Misión Imposible.
Os lo he dicho: Sé reconocer enseguida una ciudad que marcará tendencia; disfruto sus callejones y sus grandes avenidas. Ciudades que no tienen secretos para mí, como Nueva York, Londres, París, Roma, Singapur, Zaragoza… sí, Zaragoza. La reivindico con todos sus acentos, sus tradiciones, su cultura, y su arquitectura. Sus gentes, su inconfundible aroma a modernidad y clasicismo, a historia vivida y por vivir, a juventud y calle empedrada. Y a serie de éxito internacional. Os dejo abajo mis datos por si algún inversor ve el filón y quiere que hablemos.

Yo, como la echo de menos, me veo capaz de lanzar aquí el briefing completo, a ver si algún productor recoge el guante y se atreve a reivindicar conmigo. La podríamos titular Amaral, y estaría ambientada en la Zaragoza de hoy, que da de sobra para cumplir las exigencias del guión que toda comedia de situación requiere.

En primer lugar, necesitamos una ubicación

El piso de Friends o la comunidad de The Bing Bang Theory tienen muy claro su centro de operaciones. Yo, el inmueble donde habitarán los personajes de la serie me lo imagino por la zona de Joaquín Costa, Jerónimo Zurita, la plaza de los sitios… lugar de encuentro, de situaciones cómicas y con mucha vida social. Porque todo el mundo sabe que, aunque el cierzo arrecie, la gente en Zaragoza siempre sale a la calle. Por eso es ideal para ir, para vivir y para rodar.

Una foto publicada por PAULA DURÁN ?? (@pauladuran_b) el 21 de Nov de 2016 a la(s) 4:09 PST

Toda serie que se precie debe tener también sus exteriores

Seguro que el primer capítulo se contextualiza con algún personaje saliendo de la Basílica del Pilar, no sólo para identificar la ciudad, sino para hacer justicia a este templo barroco que, pase lo que pase, tengas la edad que tengas, marca un antes y un después en tu vida.

Y este protagonista y sus amigos, como son gente culta, después de admirar las pinturas de Goya en la Basílica, deciden hacer un homenaje a su antecesores y se dirigen a la cafetería San Siro a desayunar. Es un día importante en la vida de todos, pues van a  descubrir los rincones de la ciudad que pocos conocen. Digamos que son jóvenes estudiantes recién llegados a la ciudad. Disfrutarán de la Aljafarería o la belleza de la Puerta del Carmen, allí pegada a la Plaza de Aragón, entre líos y malentendidos dramáticos propios de la edad que harán las veces de hilo conductor a lo largo del Paseo Pamplona y el Paseo María Agustín.

Una foto publicada por conmisojos (@conmisojos) el 16 de Abr de 2016 a la(s) 6:17 PDT

Hace falta un bar, claro

Ya se sabe que hoy en día, para que una producción de este tipo triunfe, ha de existir un bar estilo aquél que había en Ally McBeal, el Central Perk o el mítico Cheers. Y ya que nos movemos en el barrio que nos movemos, ataquemos sin compasión y lo que en Nueva York son Manhattan y Dry Martini o en París son Bloody Mary, en Zaragoza son tapas, vinos y cañas. Mucho mejor. Dónde va a parar. Y parar es precisamente lo que vamos a hacer en el entorno de El Tubo. Tapas de altísimo nivel, vino de todo tipo (si puede ser de denominación de origen aragonés, mejor, que con eso igual sacamos un patrocinio) y conversación y risas sin parar. Tapearemos de día o de noche, depende del capítulo y de la tensión que los guionistas decidan poner al momento en cuestión. Y si en la Fontana di Trevi se pide Ritornare, en El Tubo habría que decir que quien tubo, retuvo. Porque uno puede seguir siendo eternamente joven allí.

Una foto publicada por Javi Vargas (@jvargasgonzalez) el 20 de Nov de 2016 a la(s) 4:01 PST

Siempre hay tiempo para ir de compras y para Woody Allen

Los personajes se suelen dejar ver por algún centro comercial de nivel, estilo Puerto Venecia, con las mejores marcas y los mejores dependientes, grandes cines y comercios. Será útil para ello crear un personaje adicto a las compras que genere alguna situación cómica porque NECESITA otro par de zapatos, a lo Carrie de Sexo en Nueva York.

Y habrá tiempo también para el momento Woody Allen: la puesta en situación de determinados personajes en sitios emblemáticos de la zona para, aprovechando la trama, lucir descaradamente los encantos la ciudad. Y nada mejor para eso que el entorno de la Expo del Agua de 2008, modernidad estilo contemporáneo, que nos deja un sabor refrescante con la Torre del Agua, el Acuario o el Palacio de los Congresos.

Una foto publicada por Marta (@martaperi) el 29 de Dic de 2016 a la(s) 3:53 PST

El amor y todo lo demás

Eso que normalmente sucede en un entorno nocturno, que podemos situar en el Ginger, o en el Bokoto o en el Doble 1, locales de moda, casi de culto a día de hoy. Estos amigos encontrarán ahí el entorno perfecto para enrollarse, desenrollarse y recomponer varias veces sus aventuras y desventuras.

Sabemos, pues, que la ciudad está llena de historia mudéjar, renacentista, modernista, contemporánea; sabemos también que podemos disfrutar de Puerta Cinegia, de El Tubo o de la Zona. Además, el paseo por la ribera de Ebro o por las plazas de España, de Aragón, de los Sitios o del Pilar nos darán un entorno en el que Tom Cruise podría haber rodado Misión Imposible.
Os lo he dicho: Sé reconocer enseguida una ciudad que marcará tendencia; disfruto sus callejones y sus grandes avenidas. Ciudades que no tienen secretos para mí, como Nueva York, Londres, París, Roma, Singapur, Zaragoza… sí, Zaragoza. La reivindico con todos sus acentos, sus tradiciones, su cultura, y su arquitectura. Sus gentes, su inconfundible aroma a modernidad y clasicismo, a historia vivida y por vivir, a juventud y calle empedrada. Y a serie de éxito internacional. Os dejo abajo mis datos por si algún inversor ve el filón y quiere que hablemos.

mm
Siempre creo que me he dejado la llave del gas abierta.