Yo pensando que el anticiclón de las Azores servía para que hiciera buen tiempo en España, y resulta que estaba construyendo un paraíso.

Andaba con mi grupete del parque (tener perro es lo que tiene, que o te haces amigos con perro o te mueres del asco) viendo vídeos de animalitos y soñando con una estancia en Cabo Verde, cuidando tortugas o en Sudáfrica viendo pingüinos colarse en tu porche, cuando alguien comentó “pues las Azores están mucho más cerca”. A mí este archipiélago me cae fenomenal porque siempre que hace bueno los meteorólogos hablan de que es el anticiclón de las Azores, pero no tenía ni idea de que además de su solidaridad con la península resulta ser un destino turístico de lo más apetecible (¡y uno de los 100 más sostenibles del mundo!).

Graciosa-Island
Azoresphotos.visitazores – (Turismo Açores).

Una biodiversidad única

Empecemos por los animalillos, que es a lo que venía el tema. ¿Sabías que Azores es un centro privilegiado para observar pájaros? Al estar en el centro del océano Atlántico, son lugar de paso para las aves migratorias, además de donde anidan algunas especies marinas. Y aún mejor, ¡ballenas! Son uno de los mayores santuarios del mundo para observar cetáceos y comprobar si el baaaaalleeeeeenoooooo que hemos aprendido en el cine sirve para comunicarse con ellos (por si acaso, seguramente sea mejor acudir a un especialista, pero afortunadamente hay directorios estupendos); Faial es la isla perfecta para eso; y para completar la experiencia bajo el mar, ¿qué mejor que una sesión de buceo? Hay para todos los gustos y niveles, incluso entre tiburones azules (uno de los pocos puntos del mundo donde es posible) o por los entresijos de las grutas subterráneas creadas por las erupciones volcánicas. Los amantes de la historia pueden pasar de animalillos y sumergirse a conocer el Dori, un navío que naufragó cerca del archipiélago después de haber participado en Normandía.

Whale-Watching
Azoresphotos.visitazores – (Pedro Madruga).

El relax de no parar

Y es que si eres de los que no puedes imaginar unas vacaciones tumbado a la bartola sin que te entren sudores fríos, está claro que Azores es tu destino. Fuera del agua también hay todo tipo de actividades. Sus increíbles paisajes naturales son ideales para recorrer en bici o a caballo (o si te pasa como a mí, que la gravedad te tiene cariño y prefieres no encaramarte a nada de lo que te puedas caer, con una menos arriesgada ruta de senderismo). Las interminables galerías volcánicas de Pico, o las curiosas formaciones geológicas por el contacto de la lava y el agua como las de Pedreira do Campo en Santa María, invitan a los excursionistas a descubrirlas; los descensos por las cascadas de Flores o las costas de Santa María harán las delicias de los aficionados a los deportes acuáticos. Y los auténticos aventureros pueden lanzarse a explorar las “Sete Cidades” en Parapente, ¿quién se atreve?

Azoresphotos.visitazores – (Maurício de Abreu).
Azoresphotos.visitazores – (Maurício de Abreu).

Y el subidón de no hacer nada

Si eres más bien tranqui, ¡todo en orden! Las Azores tienen también oferta más que de sobra para ti. Puedes empezar por un paseo por alguno de los maravillosos jardines de las islas, como los del siglo XIX diseñados por António Borges; descubrir por qué Angra do Heroísmo ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad; o disfrutar de los pequeños pueblos: las calles blancas de Santa Cruz en Graciosa, o los muros de piedra negra en Lajes (Flores). Algunos de los puntos más hermosos de las islas, como los arcos de Santa Cruz de Flores, o los islotes cercanos (Maria Vaz, Vila Franca do Campo…) se pueden ver sólo desde el mar: una excusa estupenda para relajarse a bordo de algunos de los barcos que parten desde el bullicioso puerto de Horta, en Faial. Si ya lo riegas con uno de los vinos de Graciosa, ¡rematas!

Rocha-dos-Bordões
Azoresphotos.visitazores – (Veraçor).

Pero seguramente lo más apetecible sean los chapuzones en las piscinas naturales que la lava ha formado en las islas y cuya cálida temperatura llega incluso a permitir cocinar con ellas, como en Águas Quentes, en Flores. ¿Y qué tal bañarse en una cascada natural? En la Caldeira Velha, en San Miguel, puedes hacerlo. ¡Eso es un lujo y no los spa!

Calheta-do-Nesquim
Azoresphotos.visitazores – (Veraçor).

Así que, está claro: si estás harto de asfalto y este calor asfixiante, ya tienes destino para el verano. Que se queden en la península con el anticiclón: tú pírate a disfrutar de todo lo demás que te aportan las Azores.

Andaba con mi grupete del parque (tener perro es lo que tiene, que o te haces amigos con perro o te mueres del asco) viendo vídeos de animalitos y soñando con una estancia en Cabo Verde, cuidando tortugas o en Sudáfrica viendo pingüinos colarse en tu porche, cuando alguien comentó “pues las Azores están mucho más cerca”. A mí este archipiélago me cae fenomenal porque siempre que hace bueno los meteorólogos hablan de que es el anticiclón de las Azores, pero no tenía ni idea de que además de su solidaridad con la península resulta ser un destino turístico de lo más apetecible (¡y uno de los 100 más sostenibles del mundo!).

Graciosa-Island
Azoresphotos.visitazores – (Turismo Açores).

Una biodiversidad única

Empecemos por los animalillos, que es a lo que venía el tema. ¿Sabías que Azores es un centro privilegiado para observar pájaros? Al estar en el centro del océano Atlántico, son lugar de paso para las aves migratorias, además de donde anidan algunas especies marinas. Y aún mejor, ¡ballenas! Son uno de los mayores santuarios del mundo para observar cetáceos y comprobar si el baaaaalleeeeeenoooooo que hemos aprendido en el cine sirve para comunicarse con ellos (por si acaso, seguramente sea mejor acudir a un especialista, pero afortunadamente hay directorios estupendos); Faial es la isla perfecta para eso; y para completar la experiencia bajo el mar, ¿qué mejor que una sesión de buceo? Hay para todos los gustos y niveles, incluso entre tiburones azules (uno de los pocos puntos del mundo donde es posible) o por los entresijos de las grutas subterráneas creadas por las erupciones volcánicas. Los amantes de la historia pueden pasar de animalillos y sumergirse a conocer el Dori, un navío que naufragó cerca del archipiélago después de haber participado en Normandía.

Whale-Watching
Azoresphotos.visitazores – (Pedro Madruga).

El relax de no parar

Y es que si eres de los que no puedes imaginar unas vacaciones tumbado a la bartola sin que te entren sudores fríos, está claro que Azores es tu destino. Fuera del agua también hay todo tipo de actividades. Sus increíbles paisajes naturales son ideales para recorrer en bici o a caballo (o si te pasa como a mí, que la gravedad te tiene cariño y prefieres no encaramarte a nada de lo que te puedas caer, con una menos arriesgada ruta de senderismo). Las interminables galerías volcánicas de Pico, o las curiosas formaciones geológicas por el contacto de la lava y el agua como las de Pedreira do Campo en Santa María, invitan a los excursionistas a descubrirlas; los descensos por las cascadas de Flores o las costas de Santa María harán las delicias de los aficionados a los deportes acuáticos. Y los auténticos aventureros pueden lanzarse a explorar las “Sete Cidades” en Parapente, ¿quién se atreve?

Azoresphotos.visitazores – (Maurício de Abreu).
Azoresphotos.visitazores – (Maurício de Abreu).

Y el subidón de no hacer nada

Si eres más bien tranqui, ¡todo en orden! Las Azores tienen también oferta más que de sobra para ti. Puedes empezar por un paseo por alguno de los maravillosos jardines de las islas, como los del siglo XIX diseñados por António Borges; descubrir por qué Angra do Heroísmo ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad; o disfrutar de los pequeños pueblos: las calles blancas de Santa Cruz en Graciosa, o los muros de piedra negra en Lajes (Flores). Algunos de los puntos más hermosos de las islas, como los arcos de Santa Cruz de Flores, o los islotes cercanos (Maria Vaz, Vila Franca do Campo…) se pueden ver sólo desde el mar: una excusa estupenda para relajarse a bordo de algunos de los barcos que parten desde el bullicioso puerto de Horta, en Faial. Si ya lo riegas con uno de los vinos de Graciosa, ¡rematas!

Rocha-dos-Bordões
Azoresphotos.visitazores – (Veraçor).

Pero seguramente lo más apetecible sean los chapuzones en las piscinas naturales que la lava ha formado en las islas y cuya cálida temperatura llega incluso a permitir cocinar con ellas, como en Águas Quentes, en Flores. ¿Y qué tal bañarse en una cascada natural? En la Caldeira Velha, en San Miguel, puedes hacerlo. ¡Eso es un lujo y no los spa!

Calheta-do-Nesquim
Azoresphotos.visitazores – (Veraçor).

Así que, está claro: si estás harto de asfalto y este calor asfixiante, ya tienes destino para el verano. Que se queden en la península con el anticiclón: tú pírate a disfrutar de todo lo demás que te aportan las Azores.

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Adicta a la música en directo y matriarca de una peluda familia numerosa. Tiene el corazón dividido entre Sevilla y Lavapiés. El 70% de su cuerpo no es agua, sino una mezcla de café, cerveza y gazpacho. Cuando domine el mundo implantará los tres desayunos diarios por ley.