1. Parque de las Siete Tetas

Desde hace unos años flota el rumor de que existe cierto sitio en Vallecas, más concretamente junto a la Avenida de la Albufera, donde puede contemplarse el mejor atardecer de Madrid. Lo mejor de todo es que este parque, cuyo nombre obedece a las siete colinas que lo conforman, no solo regala un atardecer de cuento donde caben El Pirulí o las Torres Kio, sino que su ambiente de terracita, buen rollo y eventos irresistible.

2. Templo de Debod

Un clásico donde los haya, el egipcio Templo de Debod continúa siendo uno de los lugares más emblemáticos de Madrid. Un conjunto de obras regaladas por el mismísimo país de las momias donde, especialmente al atardecer, instagrammers (y wannabes), amantes de las litronas y enamorados cogidos de la mano se reúnen para sucumbir a una de esas puestas de sol dignas de inmortalizar con los ojos que con una cámara.

3. Las Vistillas

Epicentro de las Fiestas de La Paloma y San Isidro, el parque de Las Vistillas es el lugar perfecto al que acercarse tras un día de desenfreno en La Latina. Ubicado en una posición privilegiada junto al Viaducto de Segovia, Las Vistillas no solo ofrece colinas en las que echarse charlas con una lata en la mano, sino que regala estampas como una Catedral de la Almudena que al sucumbir al atardecer luce más bonita que nunca.

4. Terraza del Círculo de Bellas Artes

Si te encuentras en Gran Vía y buscas huir del ruido, las compras y los vendedores del top-manta huyendo de la policía, el Círculo de Bellas Artes es el mejor refugio. Templo de un arte latente en forma de exposiciones y sesiones de cine, esta entidad privada ubicada en la calle Alcalá encuentra su guinda en una azotea desde la que congelar medio casco antiguo (desde la Plaza de Cibeles hasta el Paseo de la Castellana) envuelto en ese encanto crepuscular.

Calle de Alcalá, 42. Horarios de la azotea: De lunes a viernes de 09:00 a 21:00 y sábado y domingo de 11:00 a 21:00.

5. Cualquier calle de Malasaña

Cuando visito Malasaña siempre es por dos motivos: el ocio frenético y el estrés laboral. Y en ambas ocasiones, cuando alguien me habla o el reloj ya no da más de sí, solo tengo que mirar al atardecer, el que sea que exista al final de una de sus calles, para encontrar la paz. El de la foto en concreto pertenece a uno de mis rincones favoritos del barrio hipster por excelencia: El Paracaidista, un edificio multiespacio desde el que obtener uno de los mejores atardeceres de Madrid tomando una cañita.

Si quieres asomarte desde la terraza de El Paracaidista: Calle de La Palma, 10. Horario: De martes a viernes de 18:00 a 24:00 y sábado y domingo de 12:00 a 24:00. Tfno: 914 451 913.

El atardecer debería formar parte de nuestra rutina al mismo nivel que el café de la mañana, las carreras en el metro o las citas de Tinder. ¿Ponemos de moda el #dailysunsetgazing?

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.