Lo confieso, no se me dan bien las uvas. Eso de tragar una al ritmo de la campanada me es imposible y la técnica ardilla solo funciona si no se cruza con la carcajada. Debido a esta triste incapacidad he buscado las tradiciones más curiosas y divertidas para celebrar la entrada del año nuevo alrededor del mundo, y estas son las favoritas, ¿adoptamos alguna?

Japón

A medianoche, los templos budistas del país tocarán una campana. Hasta aquí muy normal. Pero la campana no sonará 12 veces -como aquí-, sino que los japoneses disfrutarán de 108 campanadas. Ni una más ni una menos, ya que cada una tiene la misión de asustar un estado mental negativo, como la furia y la envidia.

Rusia

“No madre, no es que haya bebido demasiado, es que soy un soñador”. En el país más grande del mundo tienen una genial excusa para beber tanto como deseen (aparte del frío, claro). Una de sus tradiciones más famosas es escribir un deseo en un papel, quemarlo, tirar las cenizas en una copa y bebérselo antes de las 00:01.

Imponentes fuegos artificiales iluminan la Plaza Roja de Moscú durante las celebraciones de Año Nuevo.
Imponentes fuegos artificiales iluminan la Plaza Roja de Moscú durante las celebraciones de Año Nuevo.

Dinamarca

Si vas a Dinamarca y ves a alguien estrellando vajilla en una casa ajena no es que se haya pasado con el Gløgg, sino que la tradición consiste en romper lozas en las puertas de los amigos, para demostrarles lo mucho que los quieres.

Las Bahamas

¿Quién no quiere darle la bienvenida al año en este paraíso tropical? Pues espera a leer esto… En estas islas lo tradicional es apuntarse a un desfile con música y bailes que dura hasta pasado el amanecer del día siguiente. ¿Aguantarías?

Estados Unidos

En los USA – aparte de los fuegos artificiales – la tradición manda ver algo caer. Es decir, en Nueva York admiran como desciende la bola gigante de Times Square; en East Port, Maine, hacen caer una sardina de más de 2 metros y en Florida bajan a una famosa drag queen, llamada Sushi, desde su balcón hasta un zapato de tacón gigante.

Lo confieso, no se me dan bien las uvas. Eso de tragar una al ritmo de la campanada me es imposible y la técnica ardilla solo funciona si no se cruza con la carcajada. Debido a esta triste incapacidad he buscado las tradiciones más curiosas y divertidas para celebrar la entrada del año nuevo alrededor del mundo, y estas son las favoritas, ¿adoptamos alguna?

Japón

A medianoche, los templos budistas del país tocarán una campana. Hasta aquí muy normal. Pero la campana no sonará 12 veces -como aquí-, sino que los japoneses disfrutarán de 108 campanadas. Ni una más ni una menos, ya que cada una tiene la misión de asustar un estado mental negativo, como la furia y la envidia.

Rusia

“No madre, no es que haya bebido demasiado, es que soy un soñador”. En el país más grande del mundo tienen una genial excusa para beber tanto como deseen (aparte del frío, claro). Una de sus tradiciones más famosas es escribir un deseo en un papel, quemarlo, tirar las cenizas en una copa y bebérselo antes de las 00:01.

Imponentes fuegos artificiales iluminan la Plaza Roja de Moscú durante las celebraciones de Año Nuevo.
Imponentes fuegos artificiales iluminan la Plaza Roja de Moscú durante las celebraciones de Año Nuevo.

Dinamarca

Si vas a Dinamarca y ves a alguien estrellando vajilla en una casa ajena no es que se haya pasado con el Gløgg, sino que la tradición consiste en romper lozas en las puertas de los amigos, para demostrarles lo mucho que los quieres.

Las Bahamas

¿Quién no quiere darle la bienvenida al año en este paraíso tropical? Pues espera a leer esto… En estas islas lo tradicional es apuntarse a un desfile con música y bailes que dura hasta pasado el amanecer del día siguiente. ¿Aguantarías?

Estados Unidos

En los USA – aparte de los fuegos artificiales – la tradición manda ver algo caer. Es decir, en Nueva York admiran como desciende la bola gigante de Times Square; en East Port, Maine, hacen caer una sardina de más de 2 metros y en Florida bajan a una famosa drag queen, llamada Sushi, desde su balcón hasta un zapato de tacón gigante.