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Nimes: cuando Francia se vistió de romana

¡Ave, Nymes!

View on the saint Castor cathedral in the center of the old town of Nimes city in the Occitanie region of southern France

Tenemos todo un verano por delante y puede que los destinos se acumulen. Si en tu caso, Francia e Italia están en la lista, puedes hacerte un flash y fundirlos en una sola ciudad: Nimes, la antigua Nemausa y niña bonita del imperio romano, se revela como una de las grandes sorpresas del sur de Francia

Les Arénes, el gran icono de Nimes, es un anfiteatro que data del 27 a.C. y la perfecta versión gala del Coliseo de Roma. Aquí se dan conciertos, se recrean antiguas batallas de gladiadores y el toro siempre está muy presente. El viaje por la Antigua Roma prosigue en La Maison Carrée, un templo romano que ha servido de ayuntamiento e iglesia hasta convertirse en un lienzo donde se proyectan recorridos por la historia de la ciudad. Todo ello sin olvidarnos del Pont du Gard, con casi 50 metros de altura, o la gran muralla romana que envuelve la ciudad como el  mejor abrigo milenario.

Los numerosos canales de la ciudad confirman esa obsesión de Nimes por las fuentes al estilo francés, las que emanan de bustos y esculturas desde la Place d’Assas hasta les Jardins de la Fontaine, un festín de árboles simétricos e historias que se leen con los pies. 

El encanto de Nimes nos traslada en cualquier momento a ese corazón local en forma de mercados donde las acuarelas de frutas y verduras dan ganas de irse a preparar un ratatouille en casa. Pero seamos prácticos, y pongamos una terraza al estilo francés de por medio. Imbatible. Dejemos que nos inunden los aromas del bacalao de desala con aceite de oliva y puré patatas, un plato para revivir el apetito de emperadores ancestrales. 

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.