Para los escépticos. Para los realistas. Para los precavidos. Para los irreverentes. Para los pragmáticos. Para los playboys y para las playgirls. Para los incrédulos. Para los “Viva la vida”. Para los que han tenido mala suerte. Para los que no buscan la suerte. Para los rebeldes. Para los solterones. Para los desconfiados. Para los que sienten que se les pasa el arroz. Para los que ni siquiera han puesto el arroz a hervir. Para los alternativos. Para los desengañados. Para los raros. Para todos vosotros: existe otro San Valentín.

Para ti, que te has empapado de comedias románticas y no sabes en quién posar tanto amor como tienes: existe otro San Valentín donde encontrarás actividades para ahogar penas (literalmente, en talleres de cócteles y catas de vino), cursos de baile sensual para que des rienda suelta a tu líbido, y hasta talleres de seducción para que pongas a tono tus facultades.

Para ti, que estás harto de consumismo, existe una cara B de San Valentín, donde puedes verter tu amor, por ejemplo, en ayudar al prójimo con causas solidarias como las iniciativas de Mi Aportación.

Para ti, que sufres las inclemencias del desamor y recibes con dolor los emails que Atrápalo te envía con los especiales de San Valentín para parejas de banco de imágenes: existe un San Valentín con actividades para regalarse a uno mismo, porque tú te quieres y porque tú lo vales.

Para ti, que no entiendes por qué unos cítricos cortados por la mitad (y que en consecuencia están empezando a secarse) te miran con cara de pena cuando tú estás bien orgulloso/a de ser una naranja entera y perfectamente redonda.

Para los que tienen tanto amor que quieren compartirlo con su pareja, pero también con sus amigos, con sus familiares, con sus compañeros de trabajo y hasta con sus jefes.

Incluso para ti, que tienes pareja y la quieres un montón, pero sabes que hay vida más allá de los clichés románticos de Sant Valentín, que aspiras a un San Valentín con más clase, un San Valentín alternativo sin tanto Cupido lanzando flechas.

Y que viva el amor.

Para los escépticos. Para los realistas. Para los precavidos. Para los irreverentes. Para los pragmáticos. Para los playboys y para las playgirls. Para los incrédulos. Para los “Viva la vida”. Para los que han tenido mala suerte. Para los que no buscan la suerte. Para los rebeldes. Para los solterones. Para los desconfiados. Para los que sienten que se les pasa el arroz. Para los que ni siquiera han puesto el arroz a hervir. Para los alternativos. Para los desengañados. Para los raros. Para todos vosotros: existe otro San Valentín.

Para ti, que te has empapado de comedias románticas y no sabes en quién posar tanto amor como tienes: existe otro San Valentín donde encontrarás actividades para ahogar penas (literalmente, en talleres de cócteles y catas de vino), cursos de baile sensual para que des rienda suelta a tu líbido, y hasta talleres de seducción para que pongas a tono tus facultades.

Para ti, que estás harto de consumismo, existe una cara B de San Valentín, donde puedes verter tu amor, por ejemplo, en ayudar al prójimo con causas solidarias como las iniciativas de Mi Aportación.

Para ti, que sufres las inclemencias del desamor y recibes con dolor los emails que Atrápalo te envía con los especiales de San Valentín para parejas de banco de imágenes: existe un San Valentín con actividades para regalarse a uno mismo, porque tú te quieres y porque tú lo vales.

Para ti, que no entiendes por qué unos cítricos cortados por la mitad (y que en consecuencia están empezando a secarse) te miran con cara de pena cuando tú estás bien orgulloso/a de ser una naranja entera y perfectamente redonda.

Para los que tienen tanto amor que quieren compartirlo con su pareja, pero también con sus amigos, con sus familiares, con sus compañeros de trabajo y hasta con sus jefes.

Incluso para ti, que tienes pareja y la quieres un montón, pero sabes que hay vida más allá de los clichés románticos de Sant Valentín, que aspiras a un San Valentín con más clase, un San Valentín alternativo sin tanto Cupido lanzando flechas.

Y que viva el amor.