Te cruzas con ellos a diario… y sus sonrisas, su vitalidad y sobre todo su juventud camuflan la lucha que mantienen día a día por conseguir una oportunidad. “Me llamo Hussain, soy de Marruecos, de Nador, y tengo 18 años. Vengo de Melilla y estoy aquí (en Barcelona) haciendo un curso de cocina y haciendo prácticas para conseguir que me contraten.”

Poco se sabe de ellos. Con algo de suerte, estos últimos meses han ido sacando la cabeza por las noticias y se ha hablado de los casos de los niños que llegan a España solos -los llaman los MENAS -. Pero cuando tienes la mayoría de edad, como le ocurre a Hussain, la situación todavía es más complicada. No tienen más de 20 años y ya han estado viviendo en la calle.

Un amigo me enseñó Fundación Adsis. No lo conocía. Llegué a la ciudad y le pregunté, ¿me puedes enseñar alguna fundación que ayude a la gente joven para que no te quedes en la calle? Me dijo: “ven conmigo” y me acompañó a conocer la fundación”, cuenta Toufik. 

Él quiere ser peluquero y está poniendo todo de su parte por conseguirlo: “Llevo un año haciendo el grado medio y prácticas en un centro de Barcelona para conseguir trabajar en alguna peluquería, porque es lo que de verdad me gusta. He aprendido a rizar el pelo y alisarlo con la plancha y también con el secador y el cepillo. Me gustaría ganar un poquito de dinero y luego montar mi propia peluquería.”

Ese es el deseo de la mayoría: conseguir un empleo, una oportunidad. El otro sueño es ver a su familia: “Echo mucho de menos a mis padres y a mis hermanos porque no están cerca de mí y solo a veces hablo con ellos por el móvil. Tengo ganas de verlos, muchas. Todos los chicos también, igual que yo. Esto es lo que estoy esperando en este momento.”

La situación no es fácil y cualquiera que haya luchado por su oportunidad, por alcanzar su sueño, sabe que no se consigue de un día para otro. Pero también sabemos que todos en algún momento de ese camino hacia el éxito, necesitamos un pequeño empujón, una mano amiga, una sonrisa, un poco de confianza y que se dejen los prejuicios a un lado. 

“La razón por la que vine aquí es por todo, es por mi futuro, por encontrar un trabajo, por tener una vida normal, como los demás, porque ahora no lo es. No lo es”, dice Salim, de 18 años. Esa es parte de su historia, de su batalla como pequeños guerreros de la ciudad, para muchos, desconocida… hasta hoy. 

Por medio del Redondeo Solidario de este mes, Atrápalo colabora con la Fundación Adsis para conseguir las tarjetas de transporte público de 49 chicos, que como ellos, luchan día a día por formarse y tener un futuro mejor. 

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Me gustan los superhéroes de carne y hueso, que luchan por restablecer el equilibrio y llevar luz a los rincones donde reina la oscuridad. Busco aliados que se sumen a mi causa todos los meses, porque la tierra gira sola, pero el mundo lo hacemos girar nosotros.