Veinticuatro años después de la caída del muro que mantuvo la capital alemana dividida en dos, Berlín es actualmente una de las ciudades más interesantes de Europa.

¿Los culpables? La actividad que hay en ella debido a las múltiples obras de reconstrucción de los edificios que se están llevando a cabo; la cantidad de artistas que viven allí y cuyo número su alcalde se encargó de revelar cuando dijo aquello de “Berlín puede ser pobre, pero es sexy“; y el encanto de sus calles, llenas de terrazas y bicicletas conducidas por gente de todas las edades.

Visitarla debería ser obligatorio, por lo menos una vez. Por eso, y con ánimo de ponértelo un poco más fácil a la hora de seleccionar lo imprescindible de la ciudad alemana, hemos preparado una pequeña lista con cosas que se pueden hacer durante un fin de semana, y gratis o casi, casi.

Un recorrido desde Alexanderplatz, pasando por Unter den Linden hasta llegar a la Puerta de Branderburgo, un clásico de visita guiada, pero obligatorio para captar el espíritu de la ciudad.

PuertaDeBrandenburgoJPG
La Puerta de Brandeburgo, no es un arco de triunfo, es una antigua puerta de entrada a Berlín.

Asomarse al monumento subterráneo de Micha Ullmann, situado en medio de la plaza de Bebelplatz, en el que se ve, a través de un cristal artificial colocado en el suelo, una biblioteca con las estanterías vacías para recordar que allí se llevó a cabo la quema miles de libros de los nacionalsocialistas (de autores como Heinrich Mann, Thomas Mann, Erich Kästner, Stefan Zweig, Heinrich Heine, Karl Marx o Kurt Tucholsky).

Entrar en el edificio de la Nueva Guardia para ver la escultura de la Madre con hijo muerto de Käthe Kollwitz, también llamada La Pietá Kollwitz.

LaPieta
Expuesta al sol, lluvia y nieve, simboliza el sufrimiento de los berlineses durante la II Guerra Mundial.

Subir a la terraza del Reichstag para contemplar una vista increíble de la ciudad desde la cúpula de Norman Foster, que a través de su diseño futurista y respetuoso con el medio ambiente,  simboliza la reunificación de una sola Alemania, democrática y unida.

Reichstag
He aquí la cúpula, situada a 45 metros de altura.

Perderse por el Monumento al Holocausto construido para recordar los judíos víctimas del holocausto.

MonumentoalHolocausto
Representa un sistema supuestamente ordenado que ha perdido contacto con la razón humana.

Ver los graffities del East side Gallery, el trozo más largo que queda del muro, situado en calle Mühlenstraße, en Friedrichshain-Kreuzberg.

EastSideGalery
Se considera que es la galería de arte al aire libre de mayor longitud y duración del mundo.

Dar un paseo por el Tiergarten, el principal parque de la ciudad, en el que tras la caída del Muro de Berlín se celebró durante años el desfile de la Love Parade.

Cenar en un vegetariano al que se accede por la puerta trasera de un hotel y que se convierte, acabadas las cenas, en un impresionante club en el que hay varias salas y pinchan electrónica: el Cookies Cream, situado en Behrenstrasse. 

Comer una currywurst en el Kreuzberg, el barrio en el que se concentra la mayor parte de la comunidad turca alemana y uno de los más cool de la noche berlinesa.

currywurst
Su peculiaridad es la salsa, de tomate condimentada y espolvoreada con curry.

Y si todavía te queda tiempo, tomar algo en la terraza del hotel Park Inn. Está situado justo enfrente de la Alexanderplatz y tiene una terraza panorámica desde la que es posible, además de disfrutar de las vistas, hacer puenting.

ParkInn
Situada en la planta 39, es ideal para relajarse.

Lo demás, es buscar vuelos con algo de antelación y alojamiento, claro. ;)

 

Veinticuatro años después de la caída del muro que mantuvo la capital alemana dividida en dos, Berlín es actualmente una de las ciudades más interesantes de Europa.

¿Los culpables? La actividad que hay en ella debido a las múltiples obras de reconstrucción de los edificios que se están llevando a cabo; la cantidad de artistas que viven allí y cuyo número su alcalde se encargó de revelar cuando dijo aquello de “Berlín puede ser pobre, pero es sexy“; y el encanto de sus calles, llenas de terrazas y bicicletas conducidas por gente de todas las edades.

Visitarla debería ser obligatorio, por lo menos una vez. Por eso, y con ánimo de ponértelo un poco más fácil a la hora de seleccionar lo imprescindible de la ciudad alemana, hemos preparado una pequeña lista con cosas que se pueden hacer durante un fin de semana, y gratis o casi, casi.

Un recorrido desde Alexanderplatz, pasando por Unter den Linden hasta llegar a la Puerta de Branderburgo, un clásico de visita guiada, pero obligatorio para captar el espíritu de la ciudad.

PuertaDeBrandenburgoJPG
La Puerta de Brandeburgo, no es un arco de triunfo, es una antigua puerta de entrada a Berlín.

Asomarse al monumento subterráneo de Micha Ullmann, situado en medio de la plaza de Bebelplatz, en el que se ve, a través de un cristal artificial colocado en el suelo, una biblioteca con las estanterías vacías para recordar que allí se llevó a cabo la quema miles de libros de los nacionalsocialistas (de autores como Heinrich Mann, Thomas Mann, Erich Kästner, Stefan Zweig, Heinrich Heine, Karl Marx o Kurt Tucholsky).

Entrar en el edificio de la Nueva Guardia para ver la escultura de la Madre con hijo muerto de Käthe Kollwitz, también llamada La Pietá Kollwitz.

LaPieta
Expuesta al sol, lluvia y nieve, simboliza el sufrimiento de los berlineses durante la II Guerra Mundial.

Subir a la terraza del Reichstag para contemplar una vista increíble de la ciudad desde la cúpula de Norman Foster, que a través de su diseño futurista y respetuoso con el medio ambiente,  simboliza la reunificación de una sola Alemania, democrática y unida.

Reichstag
He aquí la cúpula, situada a 45 metros de altura.

Perderse por el Monumento al Holocausto construido para recordar los judíos víctimas del holocausto.

MonumentoalHolocausto
Representa un sistema supuestamente ordenado que ha perdido contacto con la razón humana.

Ver los graffities del East side Gallery, el trozo más largo que queda del muro, situado en calle Mühlenstraße, en Friedrichshain-Kreuzberg.

EastSideGalery
Se considera que es la galería de arte al aire libre de mayor longitud y duración del mundo.

Dar un paseo por el Tiergarten, el principal parque de la ciudad, en el que tras la caída del Muro de Berlín se celebró durante años el desfile de la Love Parade.

Cenar en un vegetariano al que se accede por la puerta trasera de un hotel y que se convierte, acabadas las cenas, en un impresionante club en el que hay varias salas y pinchan electrónica: el Cookies Cream, situado en Behrenstrasse. 

Comer una currywurst en el Kreuzberg, el barrio en el que se concentra la mayor parte de la comunidad turca alemana y uno de los más cool de la noche berlinesa.

currywurst
Su peculiaridad es la salsa, de tomate condimentada y espolvoreada con curry.

Y si todavía te queda tiempo, tomar algo en la terraza del hotel Park Inn. Está situado justo enfrente de la Alexanderplatz y tiene una terraza panorámica desde la que es posible, además de disfrutar de las vistas, hacer puenting.

ParkInn
Situada en la planta 39, es ideal para relajarse.

Lo demás, es buscar vuelos con algo de antelación y alojamiento, claro. ;)