Este año han sido muchos los mensajes a favor y en contra de salvar la Navidad. La opinión pública se debate entre defender el consumo, la alegría del reencuentro, de los regalos, de volver a casa… y los mensajes que apelan a la responsabilidad y a aguantar un poco más las restricciones para acabar un año que solo nos ha dado disgustos. Todos los argumentos son comprensibles y lógicos, tanto los que están preocupados por la economía y su salud mental como los que no quieren asumir más riesgos y prefieren mantener el sacrificio. Es el típico debate infinito. Como el fútbol, la religión o la política. La gente se empeña en no ponerse de acuerdo casi nunca.

El caso es que a mí se me ocurren varias formas de  salvar la Navidad. Vale que no es lo mismo reunirse 50 en casa (en mi casa cada año nos reunimos 50 COMO MÍNIMO) que hacerlo en remoto, pero si llevamos toda una pandemia aprendiendo a hacer reuniones, clases y hasta visitas médicas por Zoom, Meet o Teams, bien nos tiene que servir ahora para reunir a toda la familia.

Navidad 2020
Navidad 2020

En mi caso me he propuesto organizar un Got Talent familiar (de hecho lo estoy lanzando aquí en primicia, a ver qué me dicen los implicados). Se trata de que si el jaleo de 50 pasa a ser de 6, no decaiga mucho el ánimo. Cada grupo burbuja (es como se denomina a la unidad familiar) se viste, prepara la mesa y la actitud como si fuera una Navidad por todo lo alto, solo que se deja un espacio en la mesa para una pantalla con la que conectar con el resto de primos, tíos y abuelos que harán lo propio en sus respectivas burbujas. La emoción viene en el postre, cuando los pequeños (y los mayores también, que se trata de reírse) tienen que hacer su actuación navideña de todos los años. Villancicos, chistes, recital de poesía, solo de pandereta, zambomba, guitarra, un arranque flamenco por bulerías, coreografías a lo Beyoncé… Cada uno a su estilo, que somos muchos y bastante raros, pero vamos a ponerle gracia y salero para que, aunque sea en remoto, podamos reírnos juntos y recordar la Navidad 2020 como aquello tan divertido que hicimos el año de la pandemia, y no como la Navidad más triste de la historia.

Mi solución no es apta para todos los estómagos, pero aunque tu familia no sea de actuar, seguro que se te ocurre otro formato: juegos de preguntas por equipos, retos culinarios, concurso de jerseys feos, hermanos contra cuñados… incluso si eres de los que prefiere no interactuar mucho con la gente para no estropearlo, puedes montar una maratón de películas. Cada uno en su casa y Netflix en la de todos y tampoco pasa nada. Hay muchas formas de ponerle salsa a la fiesta sin reunirse alrededor del pavo. Quien sabe, igual inauguramos una tradición que repetimos año tras año, y quedará como recuerdo del año Covid. Por tener alguno bueno, digo.

 

Así que, sí, estamos a tiempo. Aunque no te apetezca nada, es mejor intentarlo que llorar bajo las sábanas hasta que sea 2021. Salvemos la Navidad, cada uno como pueda. 

mm
No te tomes tan en serio, nadie más lo hace.