1. Cobijeru (Asturias)

Seguro que en más de una ocasión has oído hablar de Gulpiyuri, la considerada como playa más pequeña del mundo al nacer de unas aguas del Cantábrico que se filtran a través de diferentes cuevas dibujando una ensenada interior. Una curiosa joya veraniega ya conocida por muchos que encuentra en Cobijeru, en Llanes, a su prima hermana desconocida. ¡Adelántate!

2. Cala San Pedro (Almería)

Si bien es conocida por gran parte del público “hippie” de Cabo de Gata, la Cala de San Pedro continúa siendo una desconocida para el turista de a pié. Un paraíso al que diferentes ciudadanos hartos del sistema decidieron mudarse años ha para convertir un antiguo minarete árabe en un molino de viento en torno al cual se concentran huertos ecológicos, viviendas sostenibles y hasta un chiringuito. ¡Ah! Y una playa de aguas azul cielo. 

3. Playa de Antequera (Tenerife)

En algún lugar del bucólico macizo de Anaga, una cala de 500 metros a la que solo se puede acceder a pie o en barco invita a experimentar el espíritu salvaje de la atemporal Tenerife. Solo tienes que tomar el sendero que parte de Igueste, en San Andrés, hasta alcanzar las arenas negras y acantilados volcánicos que envuelven este rinconcito canario. 

4. Cala D’En Serra (Ibiza)

Ibiza es algo más que discotecas y balconing: un edén de pinos, pueblecitos y playas entre las que destacamos la secreta Cala D’en Serra. Ubicada al norte de la isla, en Sant Josep de Labritja y no lejos del pueblo de Portinatx, esta cala poco frecuentada por los turistas es el lugar perfecto para alejarse de las rutas típicas y sucumbir al encanto de una playa en la que podrás encontrar un chiringuito y unas pocas hamacas. 

5. Cala Estreta (Girona)

En la zona de Palamós, existe un remanso de paz donde las aguas son de un azul turquesa, los pinos se mecen al compás del viento y la posibilidad de no ver a un solo visitante es posible. Su nombre es Cala Estreta y se trata de un rincón a 1,8 kilómetros de la playa del Castell donde, algunos días, el único signo de humanidad es una antigua barraca de pescadores que data del siglo XVI. 

 6. Cala Ambolo (Alicante)

La localidad de Jávea, en el norte de la provincia de Alicante, oscila en un cabo de la Nao verde, incluso exuberante, donde se dibujan algunas de las playas más bonitas de España. No lejos de la más famosa cala de la Granadella, la de Ambolo es un escenario de guijarros, aguas azules e islotes a los que acercarse durante una inmersión de buceo.  

El Caribe puede esperar mientras podamos disfrutar de los rincones secretos que dibuja una costa española con 5978 kilómetros de (costeras) posibilidades. 

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.