Una acuarela llamada Gran Canaria

A veces isla, otras continente.

En el mundo existen pocos lugares donde poder sucumbir a diversos entornos y ecosistemas sin movernos demasiado. Gran Canaria es uno de ellos. La isla del mojo verde y el gofio atesora una de las acuarelas más bellas no solo de España, sino posiblemente del mundo. 

Un conjunto de sensaciones que nos envuelve entre playas de ensueño, valles legendarios, ciudades históricas y escenarios de postal que se quedan grabados en la memoria para siempre. 

Elige tu color en Gran Canaria.

¿Cuántos azules quieres?

El azul de la playa de las Canteras susurra a una ciudad de Las Palmas de Gran Canaria abrazada por la brisa atlántica y sus historias de marineros que antaño arrancaban lapas de las piedras. Colores que saltan a sus puertos, el azul cristalino de playas como Amadores o la Playa del Inglés, donde vivir cientos de momentos que evocan un verano eterno.

Doradas Maspalomas

El color de la arena se funde con las construcciones históricas como el Castillo de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, para abrazar el sur en forma de iconos como las dunas de Maspalomas. Un arenal protegido de contrastes y veranos nostálgicos donde fundirnos con tantas experiencias y dorados. Una tonalidad que también se esparce entre valles áridos, iglesias como la del pueblo de Teror, las casonas asomadas a las  calles de Agüimes o los atardeceres más bellos que hayas visto.

Verde Gran Canaria.

La Caldera Bandama, originada tras una antigua erupción, evoca un monumento nacional donde nuevos verdes brotan para expandirse por toda la isla: podríamos hablar del verde que envuelve el valle que abraza el pintoresco pueblo de Agaete, las plataneras que sobresalen en Arucas, la cuna del ron; o los enormes árboles drago que aguardan en las plazas del pueblo de Telde. Además, en el este de Gran Canaria no te puedes perder lugares como el barranco y las cuevas de Guayadeque, con sus casas-cueva, tabaibas y tapices naturales.

Blanco pueblo

Los pueblos encalados de Gran Canaria invitan a descubrir refugios amables y rurales donde historia y costumbrismo dibujan nuevos lienzos. Desde las casas blancas que comparten contrastes con la playa negra de Tufia, hasta los panoramas de Artenara o Tejeda, hermosos pueblos rurales en el centro de la isla, o el Puerto de las Nieves en Agaete, salpicado de barcas de colores. Todo ello, sin olvidarnos del encanto de Puerto de Mogán, repleto de callejuelas invadidas por la buganvilla.

Algo multicolor

Las banderas que ondean en Maspalomas por el Orgullo, combinadas con estampas marineras. O los contrastes coloridos de Las Palmas de Gran Canaria: desde las fachadas de Vegueta, el casco antiguo, y los edificios de estilo modernista que predomina en el área de la zona de Triana, hasta las casitas de colores del barrio ubicado sobre el risco de San Juán, Gran Canaria dibuja tantos colores en el corazón y el alma como formas de pintar nuevas emociones.

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