Perdóname cuando me haya ido
Madrid
26/01/2017
"No se puede ver una obra con el abrigo puesto."
Es un pena porque esta obra prometía (o promete) mucho. Se supone que por la ambientación y el guión es un obra que pretende no sólo transmitir sino dejarte incluso pensativo con as reflexiones que proone, sin embargo, es imposible disfrutar de ella cuando hace menos frío en la sala de espera que dentro del teatro. Ya había leído comentarios acerca de que era un local muy húmedo y que hacía frío, pero no pensaba ni por asomo que tuviera que ponerme el abrigo y estar una hora pasando frío sin poder para nada disfrutar de la obra. Por ello, con respecto a la obra como tal no puedo dar una opinión ya que, insisto, no pude disfrutar de ella. Diez euros perdidos.