No soy Dean Moriarty
Madrid
10/10/2016
"Qué es vivir y otras preguntas incómodas"
El teatro, al fin y al cabo, es un diálogo con el espectador. Otra cosa es cómo meterlo en la historia para transmitirle el mensaje... La puesta en escena de 'No soy Dean Moriarty' es un lobo con piel de cordero. Teatro a cuchillo, gags y empatía entre dos actores que trabajan a escasos centímetros del espectador y una "cuarta pared" (los espectadores) agujereada solo lo suficiente para engatusar al espectador e invitarle a hacerse las preguntas (nada cómodas) que propone la obra para ulterior digestión. El ejercicio interpretativo es muy intenso por parte ambos actores. El fácil recurso de dejar a Ferràn Vilajosana todo el peso energético de la obra (Dean Moriarty mola más) ha sido hábilmente resuelto con un conjunto de recursos de dirección que equilibran bastante (aunque no del todo) la balanza entre ambas partes. El intento interpretativo resultante es equilibrado y constante a lo largo de la obra. Tampoco es fácil resolver los distintos planos narrativos en los que se mueve la pieza para que no enfanguen la moraleja. Sin embargo, se logra. ¿Qué es vivir? ¿Qué nos hace ser felices? ¿Cuánto aporta uno mismo y cuánto aporta el contexto al balance final? Preguntas sutiles y profundas que se plantean al espectador de forma muy explícita en una obra (y una puesta en escena) donde nada resta y todo rema en la misma dirección. Teatro a cuchillo.
¿Si fueras el organizador o promotor del espectáculo que harías diferente?
Nada que no hayan hecho ya.
¿Si pudieras hablar con el artista (cantante, actriz, actor,...) qué le dirías?
Brindo por el \"silencioso\" clímax en el coche. No se puede decir tanto con tan poco. Sobresaliente concepto narrativo y excelente ejecución.
Positivo: Mantener un ritmo, un tono vibrante a lo largo de todo el libreto.
Negativo: Un punto más de presencia por parte de Sal Paradise y su alter ego terrenal le daría fuerza al conjunto.