Los 10 mejores Hoteles de relax en Santillana del Mar

Últimas Valoraciones

• Hotel Altamira
  7.1 Bueno (25 opiniones)

  Ubicación y personal. Muy bonita decoración. Desayuno abundante con embutidos de bajo coste. Personal excelente.

• Complejo San Marcos Posada Spa
  9.2 Extraordinario (81 opiniones)

  Fantástica ubicación. El hotel está muy bien situado, muy tranquilo. Las habitaciones son muy cómodas. La decoración el hotel, muy cuidada.

• Hotel Casa Del Marques
  10 Extraordinario (21 opiniones)

  Una atención que sumaba lo profesional y lo familiar de una manera sutil,. Un elegantisimo hotel donde se cuida al cliente para que esté cómodo.

• Hotel Salldemar
  10 Extraordinario (1 opiniones)

  Extraordinaria Fenomenal. Personal muy atento. Hotel muy acogedor y familiar.

• Hotel Posada Camino De Altamira
  8.5 Excelente (28 opiniones)

  Todo, el personal es excepcional. Para volver sin dudarlo. La ubicación es perfecta para conocer la zona .

• Hostal Pension Castio
  10 Extraordinario (1 opiniones)

  me parecio un sitio excelente En una zona tranquila pero a poco de Santillana del Mar, una ubicacion perfecta

• Hotel Altamira
  3.9 Regular (25 opiniones)

  Ubicación. La habitación triple con poca ventilación y la ducha no tragaba el agua. La camarera del desayuno, poco asertiva, teníamos buffet y solo te deja elegir entre tostada y cruasant.

• Hotel Hospederia Santillana
  7.0 Bueno (3 opiniones)

  Sin ruidos Totalmente ambiente rural. No llevéis tacones. Mucha naturaleza alrededor.

• Hotel Posada Camino De Altamira
  6.0 Correcto (28 opiniones)

  Ambiente familiar. Ideal para desconectar 3 ó 4 dias en un ambito espectacular. El pueblo es maravilloso y bonito

• Hotel Casa Del Marques
  7.5 Bueno (21 opiniones)

  Ubicación, trato y desayuno El hotel está muy céntrico, el personal muy atento, el desayuno muy bueno y variado y las medidas Covid-19 transmiten tranquilidad. En lo que a la habitación se refiere no se corresponde a un hotel de cinco estrellas. La habitación tenía una puerta que separaba una habitación anexa y desde la que se oía todo, lo que da una intimidad nula. La cama pequeña, incómoda, una única almohada para dos personas y muy dura, no funcionaba un enchufe, no los había en las mesitas de noche, una luz parpadeaba y el aire no terminaba de enfriar, a eso se añade la sensación de agobio al tratarse de una buhardilla con techos bajos y ventana en el techo.