Todos hemos pecado alguna vez del ‘turisteo’ por defecto. Solo vamos a ver un musical si viajamos a Nueva York porque lo dice la guía: “no puedes ir a Broadway sin ver uno de los maravillosos…” Pero esta vez no hace falta cruzar el charco para disfrutar de un gran espectáculo. “Billy Elliot, El Musical” acaba de llegar a Barcelona, así que dale una oportunidad al baile con uno de los mejores musicales del momento.

Si eres de esos que cree “no ser mucho de musicales”, espérate sentado porque Billy te hará cambiar de opinión. Y es que cuando algo emociona, hay que reconocerlo. Esta historia tiene algo que conmueve, tal vez sea el conflicto paterno-filial, la lucha por los derechos sociales o simplemente, el hecho de observar cómo un chiquillo con tesón, talento y la ayuda adecuada puede florecer en un entorno gris. Pero si además le sumas una coreografía espectacular, música de Elton John y una escenografía impresionante pues… lo mínimo que harás es quedarte “perplejo” ante tanto prodigio.

Los pequeños ‘Billies’

Esta vez, el protagonismo hay que dárselo a los más pequeños. ¿De dónde han sacado a estos chicos? ¡Qué manera de bailar! Iluminan el escenario con un arte y desparpajo fuera de lo normal, dando lugar a los momentos más divertidos de la obra. 

Música nivel Elton John

Supongo que es inevitable hacer la comparación del musical con la película. A título personal, la mayor diferencia la encuentro en la música. ¡Ojo! Diferente en el mejor sentido de la palabra. Y es que dicen que la grandeza de una obra es la multitud de formas que puede adoptar una misma creación artística.  En el caso del musical, la banda sonora está compuesta íntegramente por Elton John. El bueno de Elton vio la película en el cine y salió tan conmovido que habló con el director y sugirió que Billy Elliot podría convertirse en un musical y que él mismo compondría la música. Y voilá, aquí lo tenemos. 

Una puesta en escena espectacular

Una escenografía y un juego de luces que te dejarán sin palabras. Y es que trasladar un entorno real a las tablas de un escenario nunca es tarea fácil. Pero en este caso, esta labor va un paso más allá, contando con varios artilugios para escenificar dos espacios o más a la vez, mientras los actores se mueven por el decorado como peces en el agua. Todo esto combinado con un mezcla de fantasía y gamberrismo da como resultado algo espectacular, muy loco y lleno de imaginación. Y si quieres saber más… tendrás que comprobarlo por ti mismo. No queremos hacer spoilers ;)

Seas o no de bailar, te aseguro que después de ver a Billy Elliot en acción se te irán solos los pies. Y, ¿qué hay de malo en eso? La vida está para bailarla, y aquí tienes una gran ocasión para dar tus primeros pasos y disfrutar como un niño. 

mm
Amante de la música y las letras desde que tengo uso de razón, sueño con aprender todos los idiomas del mundo antes de los 30. No hay puzzle que se me resista, y tengo siempre las maletas listas para salir a la aventura. Las tres veces que he estado en África, he querido quedarme.