Me han contado que, en España, concretamente en Baleares hay una extensa pradera, verde y frondosa, en la que no se puede encontrar ni un solo pájaro, ni un mosquito. No te puedes tumbar sobre ella, ni puedes oler las flores, pero sí puedes disfrutarla. Y no solo tú. Esta pradera de casi 56 hectáreas se encuentra bajo el mar, se llama Posidonia y no solo es especial por ser el pulmón del Mediterráneo, sino porque influye en la vida de muchas personas.

Influye en las familias de Formentera que viven del turismo gracias, en parte, a las maravillosas aguas cristalinas de la isla, en los ganaderos de Marruecos que usan posidonia seca como cama natural para que sus animales duerman y hasta en los pescadores de Francia que recogen sus redes cargadas gracias a la Posidonia, que proporciona el hábitat donde se alimentan y reproducen miles de especies marinas. El Mediterráneo entero conectado, no solo por el agua que baña nuestras costas, sino por la planta marina que la enriquece.

El problema es que a pesar de ser conscientes de que una hectárea de Posidonia produce 5 veces más oxígeno que una hectárea de selva amazónica, la pradera se encuentra en peligro. El fondeo de embarcaciones, los vertidos de aguas de los barcos, la pesca incontrolada y la extracción de arena, son algunas de las amenazas que ya han hecho desaparecer más del 30% de la Posidonia.

Por ello, en 2017 se creó en Formentera la iniciativa Save the Posidonia Project, para la conservación de Posidonia Oceánica, que además este fin de semana organiza el IV Foro Save Posidonia. El encuentro, que cuenta con la participación de biólogos y ONG como Greenpeace, Oceana o WWF, es un proyecto pionero en el mar Mediterráneo occidental que nace del Consell Insular de Formentera para promocionar el turismo sostenible y promover acciones que ayuden a proteger esta planta marina, como la concienciación social, la posibilidad de apadrinar metros cuadrados de posidonia, inspirar a nuevos socios o fomentar las buenas prácticas.

De todo esto no me he enterado porque sea bióloga o una tipa super green, sino porque este verano, si hacías una compra en Atrápalo podías redondear para apoyar el proyecto y apadrinar metros cuadrados de Posidonia, y yo, que no me pierdo ni un plan y me encanta eso de turistear, me apunté de cabeza porque como dicen desde Atrápalo, ya que viajamos y disfrutamos de la belleza de otros lugares, tenemos que intentar que nuestro paso genere el menor impacto posible y que así futuras generaciones lo puedan seguir viendo. Si no queremos perder esa agüita maravillosa de Baleares, save the Posidonia, my friend.

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Me gustan los superhéroes de carne y hueso, que luchan por restablecer el equilibrio y llevar luz a los rincones donde reina la oscuridad. Busco aliados que se sumen a mi causa todos los meses, porque la tierra gira sola, pero el mundo lo hacemos girar nosotros.