Vuelo + Hotel a Zagreb

A los pies de los Alpes Dináricos, con furia balcánica y aires mediterráneos, Zagreb es todo un caudal de sensaciones. Capital de Croacia, el millón y pico de personas que se concentra en su aglomeración urbana conserva un espíritu romántico a la vieja usanza. ¡Por algo la llaman "La Pequeña Viena"! En las estrechas calles de las antiguas ciudades de Gradec y Kaptol, origen de la actual Zagreb, se deja notar (¡y mucho!) la influencia austríaca. ¡Un laberinto perfecto para dejarse llevar sin la más mínima preocupación!

Para llegar a la zona de Kaptol puedes coger el vetusto funicular de Usbinjaca, ¡todo un viaje en el tiempo en tan solo 66 metros de recorrido! No muy lejos de su final se levanta el monumento por excelencia de la ciudad y del país: ¡una imponente y esbelta Catedral de estilo neogótico que impresiona solo con mirarla! Una catedral forjada por los avatares del tiempo, superviviente de varios incendios que no han hecho más que acrecentar su carácter. Sus campanas guían los pasos de los transeúntes en cualquier punto de la ciudad. Desde luego su ubicación en la llamada "Ciudad Alta" (o Gornji Grad para los locales) ayuda a que el sonido traspase cualquier tipo de obstáculo que se pueda interponer.

Sobre el monte Medvednica, toda la "Ciudad Alta" es un recorrido por la historia. La Puerta de Piedra, único paso medieval que ganó la batalla a las llamas, te invita a que conozcas la plaza de San Marcos. Flanqueada por el Parlamento, la Sede del Gobierno del país y el Tribunal Constitucional, lo que más llama la atención en ella es la iglesia de San Marcos, un templo decorado con dos escudos en su colorido tejado que desde luego te encandilará por la magia que desprende. Desde allí no te perderás si quieres dar con el Museo de la Ciudad o el Museo de Arte Naif. Y como seguramente en algún momento de tu vida te has llevado un desengaño amoroso, el singular Museo de las Relaciones Rotas (Museum of Broken Relationships) es una buena manera de dar carpetazo al dolor, donando objetos que representen el final de una historia (o no historia). ¡El amor y el desamor en la ciudad del romanticismo! ¿Qué más se puede pedir?

¡Pero no te vengas abajo con los malos recuerdos! Los cañonazos que salen disparados desde la Torre de Lotrscak se encargan de despertarte de tu letargo a las 12 del mediodía. Este es un buen momento del día para acercarse al histórico Café Zabica, con 150 años a sus espaldas, y probar una de las bebidas preferidas de los croatas. Claro que si quieres integrarte entre la animada juventud local, tu sitio es el mercado callejero de Strossmartre. O la calle Tkalciceva, repleta de tiendas artesanales y de lujo además de restaurantes donde puedes catar delicias culinarias del país como el bistec de Zagreb, el pastel de queso o los fritules. ¡Irresistible! Tanto como las viandas que se venden en el mercado de Dolac. ¡Todo un mercado tradicional abierto hasta la 1 del mediodía cubierto por sugerentes sombrillas rojas! Bajo ellas se cobijan, además de comida, flores y corbatas (¿sabías que las corbatas se inventaron aquí, en Croacia?). ¡Y no te olvides de tirar una moneda y pedir un deseo en la cercana fuente de Trg Bana Josip Jelacica! La conocida como "Plaza del Caballo" es el epicentro de la vida diaria de las gentes de Zagreb y lugar de encuentro con los románticos tranvías, que en todo momento se mostrarán dispuestos a trasladarte a cualquier punto de la ciudad.

Desde esta plaza, y ya en la llamada "Ciudad Baja" o Donji Grad, tienes que dar una vuelta por la calle Llica, quizás la vía más comercial de la ciudad. No obstante, esta zona de suntuosos palacios y elegantes edificios de los siglos XIX y XX te ofrece un montón de alternativas de paseo: la calle Gajeva, la calle Preradoviceva, los parques de Zrinjevac, Strossmayer y Tomislav... Por el camino puedes encontrarte con el esplendoroso Museo Mimara; el Teatro Nacional de Croacia, un edificio neoclásico por el que han pasado importantes artistas de talla internacional; o el Pabellón Artístico, una preciosa construcción con un enorme parque en sus proximidades; el Jardín Botánico, diseñado con un exquisito orden inglés. Por allí están también la Universidad de Zagreb, la más antigua del Sudeste de Europa, y el Hotel Esplanade, construido en 1925 para acoger a los pasajeros del mítico tren Orient Express que cubría la ruta entre París y Estambul. La estación en la que se bajaban estos pasajeros también se merece una visita, al igual que el moderno Museo de Arte Contemporáneo, que allende el río Sava sirve como lugar de exhibición a todas las expresiones artísticas de las últimas décadas nacidas dentro y fuera del país. En una ciudad tan romántica, el séptimo arte también encuentra su sitio, especialmente en eventos como el Festival de Cine de Animación de Zagreb, un evento de relevancia internacional para todos los profesionales que dan vida a figuras inanimadas.

A solo 17 kilómetros se encuentra el Aeropuerto de Zagreb, conectado con Barajas en periodos vacacionales y con El Prat durante todo el año. Puedes llegar a plena Catedral en taxi, cómodamente, en una escasa media hora. ¡Vivirás el placer de conocer una de las grandes desconocidas de Europa, con unos aires románticos que encandilan a los amantes de los buenos paseos! Su estilo europeo se respira en lugares como el Maksimir Park, el parque más antiguo de la ciudad, o el Cementerio de Mirogoj, de clara inspiración parisina y lugar de descanso eterno de múltiples celebridades croatas. Y si quieres integrarte de lleno en la cultura croata, no tienes más que vestir tus mejores galas en la mañana del sábado y salir por el centro de la ciudad a pasear y a tomar algo. ¡El día de la Spica es una tradición sagrada entre las gentes de Zagreb! Y a todos nos gustan los pequeños placeres de la vida.

Zagreb, una ciudad con estilo, que suscita pasiones... ¡y que no te dejará indiferente!