Cabaret líquido

Cabaret líquido. Se trata de un cabaret, en efecto, obviedad necesaria para indicar que no se trata de una obra de ficción teatral con una trama argumental, sino que es una amenísima sucesión de números musicales, sustentados con la eficacia musical de un percusionista versátil y con encanto escénico, un bajista solvente , un ¿oboísta? simpático y charlieriveliano, y un improbable y dinámico pianista danés, que junto a dos actrices-bailarinas-cabareteras, y dos caballeros cantantes-actores, siguen el añejo camino del cabaret, renovado con gracia, y actualizando la tradición de la farsa y lo grotesco, el humor a veces paródico, a ratos un poco facilón y siempre cómplice con el espectador, que no es tratado, oh dioses, gracias, ni como un intelectual esforzado ni como un descerebrado menor de edad. Así que resulta un buen rato de puro teatro, sin que un modernísimo escenógrafo utilice a los actores y a los espectadores para expiar sus complejos psicopáticos, ni para que la tecnología distraiga/aturda... La música en directo, las bailarinas-actrices-cantantes, el humor.

Algún chiste de mal gusto y algún actor justito de voz y de gracia.

Distinto, fresco, divertido y muy elaborado.Si el cabaret es lo que yo creo, puedo decir que esto es una especie de evolución del mismo, añadiendo mucho humor de ese que se llama ?inteligente?, aquel que nos hace gracia medio segundo después de escuchar los diálogos, porque entonces es cuando nos damos cuenta de los dobles sentidos. Pero no es una obra para poner cara de intelectual mientas escuchas y te ríes, al contrario. Está hecho de tal forma que los números son sencillos y puedes disfrutarlos cómodamente mientras dejan caer algunas genialidades que deja patente el trabajo que hay detrás de cada guión. Los sketch, gags o como se diga en castellano están tremendamente elaborados, tanto que a veces resulta complicado valorarlos en lo que se merecen. Es un continuo despliegue de ingenio y coreografía. Sobre el escenario dos actores representan un diálogo mientras el resto ejecutan a la perfección su papel secundario. La sofisticación de los números.

Las butacas.

La Revista bien hecha. Meritorio intento de actualizar el espectáculo de variedades -en un siglo en que casi nadie apuesta por él- en buena medida conseguido. Los números de cabaret son pocos y quizá el deseo de atraer al público con su reclamo sea más que un acierto, un lastre (especialmente al principio, cuando los espectadores llegan fríos, incapaces de responder a la complicidad que pretenden los artistas diseminados entre las butacas, antes de comenzar la función). En tanto artistas de revista: a) muy bien Larisa Ramos, Piñaki Gómez y Javi Parra; y b) bien Camino Miñana, Nerea Cordero, Oriol Boixader y Javier Viana (si bien le sobra barriguita a la segunda, unos kilos que el género no perdona "en" ese sitio y "en" una chica). Por último c) guión bien construido ?quizá algo largo el cuadro final- y dirección solvente. ?Bottom line?: recomendable revista desenfadada, a cargo de artesanos que saben bien su oficio.

Muy recomendable.Tras un comienzo algo frío y quizá un pelín presuntuoso, la cosa mejora por momentos. Muy bien el montaje y, sobre todo, los intérpretes, que están todo fabulosos. Se ve un enorme trabajo de dirección. Pero, por algún motivo, la obra no llega a funcionar, y, en mi opinión, el motivo es la propia obra... el texto. No hay sensación de querer contar nada, no va hacia ningún sitio ni hay una temática cental (¿por qué "líquido"?)... Sí se ve una intención de "simplemente divertir", pero, en ese caso, falta humor en el texto, ya que, en general, te ríes poco. Aún así, merece la pena verla por el gran trabajo que realizan sobre el escenario. Enhorabuena. Dirección e Interpretación.

La temática y el texto.

Brotes verdes de genialidad. Más que interesante, bien construido. El espectáculo sorprende por la envergadura del guión. Los actores, aunque desiguales, mantienen un nivel altísimo todo el tiempo mostrando que poseen una formación integral tan escasa en otros escenarios: escelente el músico-actor encargado de la continuidad entre sketches, y excelente también el actor-payo, cuyo número es sencillamente superior.... El mejor momento, sin duda, el del hombre-radio, y el de Nefertiti... Hay otros números algo inferiores en calidad, como si quisieran contentar a todo el abanico de público y esto siempre va en detrimento del conjunto del espectáculo, pero, en síntesis, no se aburrirán, les resultará divertido y con momentos de verdadera genialidad. La frescura del espectáculo.

Algunos gags.

Merece mucho la pena. está genial, divertidísimo, los actores se salen, magnífico el payaso!!, cantan muy bien, el percusionista se sale, la música muy bien hecha, la parte del hombre de la radio y nefertiti con el andaluz son un alarde de imaginación, de lo mejorcito en humor que he visto ultimamente, ya quisieran muchas parodias televisivas. en resumen, es muy recomendable para pasar un rato de risas y para todos todos los públicos. con este precio no entendería que alguien se quedase en casa (ni el la calle!) en vez de verse un espectáculo de cabaret sencillo pero fantástico. Imaginación con pocos medios.

Nada.

Mini Cabaret... muy bien. Lo que se puede esperar de un mini cabaret (reparto de 5 actores y 4 músicos con pequeñas interpretaciones). Música Y EFECTOS en directo, en ese aspecto muy bien, papeles muy bien preparados y sincronizados con la música, buenas voces y dosis de humor. No se puede pedir más por tan poco dinero y salimos muy contentos. Muy divertido y se pasa volando. El local, perfecto: pequeño y fresco. Genial para disfrutar de hora y media de actuación. Todo en general.

escenas sueltas, sin argumento global, pero no importa.

Sensacional. Es una compañía fuera de serie que vi en dos ocasiones en la sala Cuarta Pared y en Zaragoza con este espectáculo en el que mejoran considerablemente todo lo bueno que han hecho siempre: un cabaret canalla fuera de todo prejuicio y convención con gran sentido del humor y excelentes dotes musicales. Repetiré en el Marquina con mucho gusto. Lo que más, la última media hora: un final óptimo.

No hay nada que no me haya gustado.

Espectáculo original. Personalmente me encantó, me reí como hacia tiempo que no me reía, me parecio original y divertido, aunque entre las personas que me acompañaban algunas no compartieran mi entusiasmo por el espectáculo, entre todo hubo números que me gustaron más que otros, pero en general disfruté del espectáculo. La originalidad.

El número de los muertos.

Muy divertido. Lo pasamos fenomenal, éramos 5 y todos coincidimos en que es una obra divertida y los actores muy simpáticos. La puesta en escena es genial, creo que no es una obra de mucho presupuesto y aún así han logrado un excelente resultado. La recomiendo a todo el mundo para pasar un buen rato y olvidarse aproximadamente por una hora y media de la rutina... Me gustó todo en general.

No hubo nada que no me gustara.