`Convivencia` reúne a músicos procedentes de las tradiciones judía, persa, hindú y flamenca que en diferentes encuentros instrumentales, de danza y canto se acercan de una manera personal a ese peculiar escenario.
de Laura Tabanera
CONVIVENCIA es un espectáculo fundamentalmente flamenco, pero va más allá intentando recuperar una realidad músico-cultural que se encuentra en sus raíces.
Esta realidad está configurada por tres culturas (cristiana, judía y musulmana) que convivieron en algunos momentos de la historia de España, compartiendo sus manifestaciones artísticas en una actividad simbiótica.
El Flamenco de hoy es la evolución de un folclore que comenzó en la Antigüedad y fue tomando forma gracias a las influencias musicales procedentes de las culturas que atravesaron la Península Ibérica y los pueblos que se afincaron en ella.
En `Convivencia` centramos nuestro trabajo musical en algunas de estas influencias, principalmente en la que ejercen los cantos sinagogales, las melopeas morunas, y la música traída por los artistas hindúes y persas afincados en España. La Península Ibérica fue punto de atracción para los judíos de la Diáspora. Los siglos de convivencia explican que algunos cantos flamencos como la petenera, la toná y la saeta tienen afinidades con los cantos litúrgicos sinagogales judíos.
Los tangos están íntimamente relacionados a través de sus ciclos rítmicos con la música del Norte de India y la música árabe. También en la soleá y la seguiriya se intuye una posible ascendencia arábiga.