Divinas seducciones

Arnau Vilardebó nos llevó hasta el Olimpo con la destreza de los grandes narradores.: con su particular mirada gamberra y erudita. Casi sin darnos cuenta ya estábamos allí, fisgoneando entre diosas y constelaciones. Todo esto sin parar de reír y encima aprendiendo y recordando. ¡Hay que verlo sí o sí!

¿Si fueras el organizador o promotor del espectáculo que harías diferente?

Apañaría un poquito más el espacio, que resulta muy cálido, pero con algunos detalles sería más acogedor. Tanto como lo es la hermosa librería, de la que es casi imposible salir porque te atrapa... Y también le diría ¡Felicidades! por acoger más propuestas culturales.

¿Si pudieras hablar con el artista (cantante, actriz, actor,...) qué le dirías?

¡Bravo! Vuelve y hazte una gira por Institutos (además de los teatros claro).