El Dragón de fuego

Una obra estupenda: bien planteada, bien ejecutada y bien resuelta. Magnífica la interpretación. Hay que ir a verla.

La ventana a través de la que los técnicos ven la obra para los efectos de sonido distrae un poco al espectador. Debería estar semioculta con unas cortinas o algo así.

la interpretación fue fantástica

La interpretación, el ambiente.

Asientos poco cómodos.

¡Qué placer supone disfrutar de la maestría de estos actores sobre el escenario! ¡Qué naturalidad prodigan por doquier! ¡Qué ternura! Cómo hieren esos personajes rotos, desvalidos, explotados con vileza. La relación de los dos hermanos me recordó la que se da entre los dos protagonistas de ?De ratones y hombres?, la novela de John Steinbeck. ¡Con qué generosidad desnudan cuerpo y alma! ¡Qué vínculo tan entrañable se ofrece entre los dos! La hora y media de representación se convirtió en el tiempo subjetivo de varios minutos. Todo es encomiable, pero si tuviera que subrayar determinados hechos, sin duda resaltaría la ingenuidad de él en los momentos de atracción hacia el fuego y el cuento sobre el dragón, la canción de ella y la ocasión muda en que ella prepara su huida. Incluso las intervenciones en off del tirano explotador consiguieron atemorizar no sólo a los personajes sino también al público. El trabajo de dirección es impecable, ocultando todo artificio y mostrando un trozo de vida descarnado, pero vida transmutada en arte. En fin, que ya está tardando el Centro Dramático Nacional para arrastrarla al María Guerrero y que esta gozada de representación sea disfrutada y compartida como un bien de interés cultural por una amplia mayoría.

Los actores están fantásticos y una puesta en escena e iluminación que me gustó mucho.

Los actores lo hacen muy bien.

Muy buena actuación de los actores.

Solo me gustó el buen hacer de los actores, que se defienden lo mejor posible con una obra espantosa.

Una obra muy aburrida, con un desarrollo repetitivo que no lleva a ninguna parte. Se hace larga y pesada. Me arrepentí de ir. Los actores buenos, pero con un texto imposible de obtener interés del público.