El Evangelio Según Carles Flavià

Espectáculo muy recomendable de entre los que figuran por estas fiestas en cartelera, de entre los 3 mejores. El teatro está muy bien pues puedes tomarte una copa, al igual que el actor, mientras transcurre la obra. Es difícil tratar un tema como la religión con tacto, humor sin risa fácil ni irreverente, de una forma inteligente y muy aguda, basándose en textos históricos. Una obra entre ensayo de investigación y excelente comédia, en forma de monólogo, de una de los grandes tabues actuales que nos afecta a todos desde la educación recibida. Una inteligente lección totalmente recomendable!.

Me gustó bastante. Divertida, con unos toques ácidos e irreverentes, aunque no càustica o transgresora. Sus reflexiones quitan la trascendencia de los mensajes oficiales lo que provoca las risas. Su hora y media de "casi" monólogo no se hace pesada. A Flavià lo acompaña una actriz que se encarga de escenificar varios papeles relacionados con lo que cuenta en la obra. Su interpretación es más que correcta. Un momento especialmente divertido es cuando la actriz explica con señas gestuales, imitando el lenguage de los sordomudos, la historia bíblica del hijo pródigo contada Flavià.

Para mi fué un espectáculo 100% recomendable. Yo y mi mujer nos reimos mucho, bueno, mucho no, muchísimo. Se trata de una crítia basada en el conocimiento del evangelio, no una critica por la crítica sin fundamento. Yo como cristiano no me senti nada ofendido, al contrario, pienso que si no sabemos reir de nosotros mismos y plantearnos ciertas dudas, podemos caer en el dogmatismo. Espectacular!!! Y al ser una sala pequeña, se crea un clima de complicidad entre los actores y el público muy especial...

Flaviá y el guión mejor imposible, la recomiendo a todo el mundo, debería hacer una gira por toda España para no privar al resto de algo tan divertido, la noche que yo fuí estaba llena la sala y la gente no dejó de aplaudir al final en repetidas ocasiones, en resumen, un diez para todos los que la hacen posible, no dejó de reirse en todo el rato ni dios, y eso que era una crítica relacionada con sus "ministros".

Fer riure és complicat. Fins i tot costa somriure tal i com està tot. Quan algú ho aconsegueix en un espectacle com el d'en Flavià, s'agraeix molt. L'Evangeli, com molts altres temes, és una bona excusa per riure dels nostres tòpics i misèries. En Flavià s'ho curra amb una posada en escena una mica més treballada que en altres espectacles seus. La darrera part és més fluixeta però tot i així un monòleg d'hora i mitja amb certa tensió té mèrit.

Cuando mi novio me dijo que queria ver a Carles Flavià pensé (pues vaya rollo! a la media hora ya me habré aburrido). Nada más lejos!!!! Reí hasta el último segundo de la obra. Realmente Carles Flavià sabia sacarle todo el jugo posible al guión. También se tiene que destacar el trabajo de la actriz que aparece. Con sus apariciones nos hacia reir muchissimo. Realmente, muy recomendable para todo aquel que tenga ganas de reir.

Espectáculo divertido y ágil a pesar de tratarse de un monólogo. Aunque el tema no es lo más novedoso del mundo, es refrescante ver un texto irreverente sobre la religión (católica), pero con "papeles". Flaviá parecía un tanto cansado, pero siempre está bien.Mención especial a la parábola del hijo pródigo con versión simultánea para sordos de Ana Moya, brillante. Abstenerse católicos recalcitrantes.

Es muy amena y tiene un buen ritmo. Carles Flavià no se limita a recitar un monólogo, sinó que deambula desenfadadamente por el escenario e interactúa con su colaboradora Ana Moya (genial en su papel surrealista). El humor es irónico pero comedido, no ofende, sugiere. Una reinterpretación de los evangelios, adaptados a nuestro tiempo, que arranca carcajadas al reconocernos en los gags.

La visión que nuestro insigne C. Flaviá hace de los evangelios es, como no podía ser de otra forma, ingeniosa, incisiva y por supuesto, divertida. La casi hora y media que dura el espectáculo transcurre entre sonrisas, risas y carcajadas y demuestran una vez más el buen hacer de Flaviá, esta vez muy bien acompañado. Recomendable para pasar un buen rato.

Es un espectáculo divertido y entretenido. Tiene momentos de carcajada (los menos) y momentos de inteligente recreación de unos hipotéticos hechos, que te hacen sonreír de forma continuada (los más). Lo dicho, inteligencia supina para describir algo oficial y sacarle punta a todo lo que cojea de la Historia del Evangelio.