El Príncipe Feliz

En un espacio pequeño, íntimo, dos actores encarnan a los adorables personajes del cuento de Wilde. Imposible no dejarse llevar por el perfecto equilibrio de risas, valores y una nota de tristeza. La golondrina, representada por F. Gervasi -actor gestual donde los haya y que, en este caso, nos hace reír a carcajadas con sus inusitados juegos de voz- es ¡para llevársela a casa! La adaptación muy correcta para no herir la sensibilidad de los niños de hoy. ¡Gocé como una cría!

¿Si fueras el organizador o promotor del espectáculo que harías diferente?

- Conservaría un poco más del patetismo del original: los niños no son de azúcar y no se traumatizarían por ello.

¿Si pudieras hablar con el artista (cantante, actriz, actor,...) qué le dirías?

¡Te quiero, golondrina, golondrinita! Guardaré para siempre las monedas que me diste porque me traen felicidad. Dame la mano, amigo, Príncipe Feliz.

Fuimos con un niño de 10 años. Nos sorprendió la sala y la cercanía con los actores. Eran solamente dos,pero interpretaron a sus personajes con mucho entusiasmo . La idea de repartir las monedas "de oro" le gustó mucho al niño. Y el espectáculo uno de los más tiernos. Aunque comparto la opinión de otro espectador, que lis niños no están "hechos de azúcar",podrían entender y asimilar el triste final de la historia .

idem, además les sorprendió la forma en que se movía la golondrina, era ballet.

Destacar los valores de la amistad con un clásico de Óscar Wilde. Totalmente recomendable, para toda la familia.