Gran Missa en Do menor de Mozart

Bach y Mozart son los dos máximos representantes de la primera y segunda mitad del siglo XVIII respectivamente. Con personalidades muy diferentes se movieron en estilos musicales distintos, el barroco y el clasicismo, pero compartieron tanto su amor por la música como unos extensísimos catálogos de obras que nos permiten disfrutar de sus ideas musicales en multiplicidad de formaciones vocales e instrumentales.

La Suite orquestal nº 1 forma parte de un conjunto de cuatro que fueron escritas durante el llamado período de Lepizig (1723-1750). Está formada por 6 danzas precedidas por una obertura. En todas ellas se suceden los momentos de protagonismo de cuerda y viento ensamblados en la textura contrapuntística de la que Bach fue un maestro sin igual.

Precisamente la influencia de este compositor y la de Händel se perciben en la Gran Misa en Do menor de Mozart. Escrita entre 1782 y 1783 recibe este nombre por adoptar las características de la Misa solemnis o napolitana que, influenciada por la ópera, separa las partes de la misa ordinaria en números diferentes e introduce arias virtuosísticas. A pesar de que Mozart no finalizó la orquestación de algunos pasajes del Credo y no escribió un Agnus Dei está considerada una de sus obras sacras más importantes.

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