9.1
Que Dios nos pille confesados, en Madrid
Madrid · Comedia
desde26
,
00
€
13
,
00
€
- Descuento
- -50%
Sala Nueve Norte, Madrid, (ver mapa)
Este proveedor no acepta cambios ni devoluciones. Revisa atentamente tu pedido antes de efectuar la confirmación. Una vez confirmado no podrá ser modificado ni cancelado.
No te pierdas Hilda Peña en la Sala Nueve Norte.
Navidad. Años 90. Chile. Hilda Peña es peluquera, es madre y es una mujer trans. Mientras prepara el almuerzo escucha en la televisión que en un banco del barrio alto se acaba de producir un tiroteo. Ella no lo sabe, pero una de las muchas víctimas es su hijo, el niño al que no dio a luz, pero que sí recogió y adoptó. De ahí en adelante todo es pena.
Maternidad, muerte e identidad de género se entrecruzan en este monólogo; un relato doloroso y cautivador de la dramaturga chilena Isidora Stevenson que se alzó con el primer premio de la Muestra de Dramaturgia Nacional de Chile.
Artista: Javier Ubilla
Revisa tu pedido atentamente antes de confirmarlo
Sala Nueve Norte Calle del Norte nº9 (Madrid)
Metro más cercano: Noviciado
Maria Dolores
¡Lo recomienda!
Maravilla de texto y delicada interpretación. Emociona, divierte y te atrapa. No os lo perdáis.
Todo.
Nada.
Anónimo
¡Lo recomienda!
Buenísima interpretación del actor, y el montaje y la puesta en escena estupenda. Es una obra que da para pensar, y emociona mucho.
Anónimo
¡Lo recomienda!
Una obra que te llega al alma, ríes, lloras es una montaña rusa de emociones
Anónimo
¡Lo recomienda!
Fantástico para entender el alma humana. Es una obra corta pero intensa e interesante, se al recomiendo a todo el mundo!
Anónimo
¡Lo recomienda!
El texto inquietante y conmovedor acompañado de una actuación fenomenal, volver por un momento a Chile.
Anónimo
¡Lo recomienda!
Yo había visto Hilda Peña en su versión original, en Chile, actuada por Paula Zuñiga. Así que sabía de que iba a tratar, lo que me interesaba saber es como Javier se hace cargo del texto, y como solucionaban la puesta en escena. A mi parecer Javier tenía un dominio increíble del texto, estaba muy presente, aunque un poco nervioso, pero no llego a emocionarme, a calar en mis huesos con sus palabras, como si lo hizo Paula. Con respeto a la escenografía (una mesa, una silla y una cortina plástica), sentí que la mesa estaba llena de objetos innecesarios, que en vez de ayudar a la actuación, terminaban por poner más nervioso a Javier (habían objetos que se tocaban una vez y nunca más) entonces creo que los objetos, si bien sirven para realizar acciones, demostrar una conducta y la emoción que está sintiendo Hilda en cada momento; terminan siendo adornos que sentía que estaban para llenar el espacio, pero no se les otorgaba un significado, más bien eran signos entendidos desde el concepto de performance más antiguo, que significaban por lo que a simple vista eran: la marraqueta tostada, una taza de colo colo, una revista, una foto, un dulce y bolsas. Entonces son signos que contextualizan y hablan de un hogar de clase baja en Chile, pero que considero que no son relevantes para el montaje, porque confió y se que Javier a través de su mochila dramática podría dar a conocer a través de sus propias acciones que es lo que le pasa y lo que está sintiendo, sin tener que apoyarse en un pedazo de marraqueta. Aún así la recomiendo, ya que la dramaturgia es de increíble para mi gusto, además no es la típica obra hecha para sólo vender butacas, sino que tiene un fin mucho más humano y sensible, vale la pena ir verla.
Dramaturgia
Escenografía e iluminación