Lirica en la Villa: zarzuela, ópera, opereta y canción española e italiana

Ayer estuve con mi hijo y una amiga en el expectáculo de zarzuela y opereta italiana. Nos gustó mucho y el repertorio fue muy agradable. Mereció la pena...aunque me dio lástima ver que sólo había gente "mayor"...mi hijo tiene 12 años y disfrutó un montón...creo que hay que llevar a los niños a este tipo de actuaciones para educarlos en la música también. Gracias siempre a atrápalo y a su equipo.

¡Estupendo! Un recital, más tratandose de Zarzuela, puede dejar mucho que desear por faltarle escenografía. En este caso, la soprano, el tenor y el baritono que intervienen, consiguen con sus miradas y gestos alejarse del recital para acercarse un poco a la representación teatral. Pasé muy buen rato y se me hizó corto. Para terminar decir que el programa es todo un acierto.

Nosotros fuimos con mis suegros que ya son mayores, creyendo que solo les gustaría a ellos y sin embargo mi marido y yo salimos encantados. Pasamos un rato muy a gusto escuchando esas tres voces del tenor, baritono y soprano. Volveria a repetir sin duda....

Asistí a la representación de zarzuela y opera. Simplemente, genial. Nos encantó a todos, incluidos mis hijos que apenas conocían este tipo de música y quise acercársela un poco. La experiencia fue muy positiva.

Los cantantes y las piezas interpretadas no están mal (la mejor la soprano, el tenor normal y el barítono más bien malo), pero la sala es claustrofóbica, muy pequeña y con el techo bajito.

Estupendos los interpretes, la organización y la pianista siblime, pero las letras .... de las piezas son muy machistas (como ya sabemos) y muy necias, ¡hay que actualizar la zarzuela!.

Me gusto mucho, buenas voces y pianista. Deberian ponerlo mas barato, irían mas jóvenes.

Ha sido una buena experiencia. mi madre y mi tia han salido locas de contentas.

Tanto la atención como el espectaculo estupendos,y el servicio de atrapalo impecable.

Por enfermedad del tenor, éste fue sustituido por Enrique Ruiz del Portal, que no parecía estar en sus mejor forma canora, especialmente en los agudos. Tampoco la pianista era una Alicia de Larrocha: metió "la pata" varias veces y giraba las páginas con verdadera saña. Soprano y barítono cumplieron. La sala, ya cutre en sí, pequeña y de techo claustrofóbico, estaba medio ocupada por una instalación ¿artística? no menos cutre. Por lo menos pudimos escuchar algo de opereta, cosa no habitual aquí.