Una abstracción del Werther de Goethe como prototipo del enamorado no correspondido. ``En este pliegue incomprensible entre sacrificio y egoísmo, entre espiritual y corpóreo está lo que se nos escapa del amor.
Cia. La República
Texto y dirección: Fernando Renjifo.
Actores - cocreadores: Alberto Núñez, David Picazo y Patricia Ruz.
Diseño de iluminación: Fernando Renjifo, Alberto Núñez.
Música: R. Schubert, José Alfredo Jiménez.
Composición musical original: Rafael Muguruza.
Diseño gráfico: Alberto Núñez, Gara Koan.
Fotografía: Vicente Martín.
Vestuario: Mar Ávila y Elena Revuelta, La República.
Colaboración especial: Rafael Muguruza.
Citas: J.W. Goethe, Las desventuras del joven Werther, Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.
Producción: La República Compañía de Teatro.
Colaboran en la producción: Consejería de las Artes de la C.A.M.
Un vecino vio el fogonazo y oyó el disparo, pero como todo volvió a quedar tranquilo no prestó mayor atención. Por la mañana a las seis entra el criado con una luz. Encuentra a su amo en el suelo, la pistola y la sangre.
Cuando llegó el médico junto al desventurado, lo encontró en el suelo, sin salvación, el pulso latía, pero todos los miembros estaban paralizados. (...) Yacía inerte junto a la ventana, de espaldas al suelo, completamente vestido y calzado, con el frac azul y el chaleco amarillo.
La casa, la vecindad, la ciudad, estaban alborotadas. Entró Albert. A Werther lo habían colocado en su lecho, (...) se esperaba su fin. Del vino había bebido solamente algún vaso. Emilia Galotti estaba abierta sobre su escritorio.
Expiró a las doce del mediodía. (...) Por la noche, hacia las once, le dieron sepultura en el lugar que él había elegido. El padre de Lotte y sus hijos siguieron el cadáver; Albert no pudo. Se temía por la vida de Lotte. Lo llevaron artesanos. No lo acompañó sacerdote alguno.
Fragmentos finales de Las desventuras del joven Werther, de J.W Goethe.
FIGURAS:
AFIRMACIÓN. Contra viento y marea, el sujeto afirma el amor como valor.
CATÁSTROFE. Crisis violenta en cuyo transcurso el sujeto, al experimentar la situación amorosa como un atolladero definitivo, como una trampa de la que no podrá jamás salir, se dedica a una destrucción total de sí mismo.
COMPRENDER. Al percibir de golpe el episodio amoroso como un nudo de razones inexplicables y de soluciones bloqueadas, el sujeto exclama ``¡Quiero comprender lo que me ocurre!´´.
LOCO. El sujeto amoroso es atravesado por la idea de que está o se vuelve loco.
NOCHE. Todo estado que suscita en el sujeto la metáfora de la oscuridad (afectiva, intelectiva, existencial) en la que se debate o se sosiega.
SUICIDIO. En el campo amoroso, la idea de suicidio es frecuente.
Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.
El autor y director dice...
Nunca imaginé que algún día quisiera hacer un Werther. Siempre me extrañaron las noticias de asesinato por celos, de suicidio por desamor. En el fondo el Werther de Goethe es un lugar común, el tópico del enamorado. Y un día uno descubre que los tópicos lo son por algo, y que el discurso y el imaginario del enamorado están llenos de lugares comunes, por muy singular que cada uno se crea.
Me interesa el enamoramiento como una de las situaciones límites -y soberanas, diría Bataille- del hombre. El amor y la desesperación amorosa entran en ese terreno resbaladizo, acercándose tanto o confundiéndose a veces con la locura, la ebriedad, la mística, el éxtasis poético o el éxtasis erótico, y teniendo que ver también con otras conductas límites como el sacrificio, la renuncia, la ascesis e incluso el suicidio.
En este pliegue incomprensible entre sacrificio y egoísmo, entre espiritual y corpóreo, entre engrandecedor y destructivo está lo que se nos escapa del amor. Y esto que tiene de incomprensible hace que sea el arte uno de los pocos lugares desde donde se puede hablar de él. Ahora comprendo la eterna fascinación del arte por el amor.
Fernando Renjifo
Reseña de Werther (sombra)
Werther (sombra) es una creación original, con texto y dirección de Fernando Renjifo, a partir del Werther de Goethe. Se trata de una especie de abstracción del personaje de Werther, como prototipo del enamorado no correspondido. No se narra una historia, sino que se pasa por una serie de momentos, de lugares comunes del enamorado. La obra intenta mostrar lo que sería, en terminología de Roland Barthes, las figuras internas del enamorado, la tragedia subjetiva. Werther aparece desdoblado en dos voces y Carlota como un objeto de deseo situado más en el plano de lo imaginario que de lo real.
Formalmente se juega con luces y sombras, con el claroscuro, como metáfora de la noche, de la desrealidad, de lo imaginario. Cuerpos fragmentados por la luz, como metáfora de la escisión, del desgarro. Iconográficamente hay también cierta inspiración en la iluminación de la pintura barroca.
En esta creación, junto a Alberto Núñez y David Picazo, miembros de la compañía, se cuenta con la participación especial de la bailarina y coreógrafa Patricia Ruz, una de cuyas últimas creaciones con la Compañía El Tinglao, A piel de pies, ganó el II Premio y el Premio Especial del Jurado en el Certamen Coreográfico de Madrid del año 2000.
Para esta creación La República, que cumple diez años de compañía, ha querido volver a la intimidad del escenario de El Canto de la Cabra, donde estrenó sus primeras creaciones, entre ellas Fausto (1997), el montaje que más dio a conocer a la Compañía.