Yo, Satán

El panorama que el exorcista español fray Gaspar Olivares se encuentra a su llegada al Vaticano no puede ser más inquietante, y el trabajo que se le tiene reservado le causa no pocos escrúpulos.


A medio camino entre el thriller teológico y el esperpento metafísico, Antonio Álamo ha escrito una desternillante comedia en la que reincide, una vez más, en un tema leitmotiv básico de su escritura: la corrupción de la inocencia. Una inteligentísima ficción en la que se insertan los necesarios trozos de realidad sin los cuales ninguna ficción sería completa, hasta llegar a ser a veces -si tenemos en consideración noticias y acontecimientos de los últimos años de la Iglesia Católica- casi un documental. La acción, magníficamente desarrollada, atrapa desde el inicio. Intriga y suspense a raudales en escenas de sorprendente audacia y brillantes diálogos que rebosan teatralidad. Humor irreverente y corrosivo en una sátira de los entresijos de la política vaticana, esa institución que, en palabras del teólogo Leornard Boff, es la más grande y antigua multinacional existente. Todo ello servido por unos magníficos actores en una sabia puesta en escena.

Reparto

· Fray Gaspar: Alfonso Lara
· Cardenal Chiaramonti: Juan Fernández
· Santo Padre: Pako Sagarzazu
· Monseñor Vanini: Ales Furundarena
· Arzobispo Malama: Idelfonso Tamayo
· Monseñor Luigi Bruno: Ramón Ibarra
· Cardenal Joseph Hacker: Adolfo Fernández Vestuario: Pepe Uría
Diseño de proyecciones: Julio Salvatierra
Escenografía:Elisa Sanz
Espacio sonoro y música original: Oscar y Raúl Sánchez Zafra
Iluminación: Luis Perdiguero
Ayudante de dirección: Paco Hernando

Dirección: Alvaro Lavín