Vuelo + Hotel a Zanzibar

Zanzíbar. Paraíso natural africano, donde el azul de sus aguas y el dorado de sus arenales se funden en un universo impregnado de mil y un olores. Un perfume en forma de isla situado en mitad de los mares del Índico, a poco más de 30 kilómetros de Tanzania. Un enclave heredero de las culturas africana, persa, india, portuguesa y británica, que forman un mosaico sin parangón entre una exuberante vegetación.

El clima ecuatorial de la isla principal (llamada Zanzíbar o Unguja) es envidiable en cualquier época del año. Las temperaturas apenas se mueven de los 30 grados y las lluvias se concentran especialmente en los meses de primavera, entre marzo y mayo, por lo que el resto de meses son un buen seguro de sol. Cuando reposes en las playas del norte de Zanzíbar, en torno a la aldea de Nungwi, ¡creerás haber alcanzado la gloria! Su esplendorosa belleza unida a la enorme calidad de sus aguas la convierten en un lugar incomparable para broncear tu piel. Pero si estás buscando un emplazamiento más colorido, en el islote de Mnemba, en la costa este, puedes tener una cita con los arrecifes más espectaculares de la isla, además de contemplar de cerca toda la fauna marina. ¡El submarinismo y el snorkelson una asignatura obligatoria aquí! Y si tiras más hacia el sur, los acantilados de coral te regalan una estampa de lo más vistosa. Aquí te quedarás boquiabierto no solo con las impresionantes puestas de sol, sino también con la enorme capacidad del Índico para hacer que sus mareas bajen. En el pueblo de Kizimkazi, ¡saca el niño que llevas dentro! Los pescadores del lugar te acercarán a los delfines, con los que podrás compartir divertidas aventuras acuáticas.

¡Stone Town te dejará de piedra! Se trata del casco antiguo de la ciudad de Zanzíbar, todo un laberinto de callejuelas al estilo árabe que conservan su esencia decimonónica. ¡Un universo de piedra de coral en tierra firme! Y visita obligada, por supuesto. Gracias al embrujo swahili que desprende la singular decoración de sus edificios, Stone Town se ha ganado a pulso el título de Patrimonio de la Humanidad. Entre las diversas mezquitas, la Catedral Anglicana y los Jardines Victoria, cada casa cuenta su propia historia de la ciudad: las puertas de las casas, talladas con sumo cuidado, te hablan de las gentes que las habitan. Dentro de una de esas casas, por cierto, forjó sus primeros años de historia la leyenda de la música Freddie Mercury.

Las plantaciones de especias, a pocos kilómetros de Stone Town, le han dado desde siempre un sabor muy especial a una isla que sufrió en sus propias carnes las penurias de la esclavitud. Las influencias árabes, africanas e hindúes de la gastronomía local tienen como elementos principales la canela, el jengibre, el clavo... La harina de maíz, la mandioca y el pilao (una especie de arroz picante) son el sustento principal de las gentes de la isla y algunos de los manjares que dan a probar orgullosos a los visitantes. Entre manjar y manjar, puedes descubrir otros encantos naturales de la isla como el extenso parque nacional Jozani Chwaka Bay, un bosque tropical a media hora en coche de Stone Town. ¡Los extrovertidos monos colobos te recibirán con toda su alegría en el mayor escenario natural de la isla!

¡Aunque para naturaleza la que puedes disfrutar en Snake Island, Grave Island y Prison Island! Estos islotes situados al norte de Stone Town condensan la pureza tropical de Zanzíbar en un espacio casi virgen y se pueden visitar en excursiones de un día. Podrás comprobar de primera mano cómo viven las tortugas gigantes en Prison Island. Y en la isla de Pemba, la "isla siempre verde", la esencia de Zanzíbar también permanece viva: manglares, playas de ensueño, palmeras, cocoteros, aguas cristalinas... Un lugar para practicar buceo sin prisa, disfrutando de los universos marinos del Índico y a tan solo un paso en ferry. Y a dos pasos, el aeropuerto internacional de Zanzíbar, que dista tan solo unos 6 kilómetros de Stone Town y dispone de conexiones con importantes puntos del continente africano (Nairobi, Mombasa, Dar es Salaam...), así como con ciudades europeas como Milán, Roma o Frankfurt.

¿A qué estás esperando para ver con tus propios ojos esta joya de la naturaleza? Zanzíbar es un crisol de culturas milenarias en un entorno paradisíaco. Un lugar que vale la pena explorar, como lo hizo en su día el escocés Livingstone o en la ficción el marino Simbad. ¡Un inigualable lugar que quita el sentido!