El Chico de la última fila

El chico de la última fila llega a La Sala Muntaner. Una magnífica historia sobre maestros y discípulos, sobre padres e hijos, sobre personas que ya han visto demasiado y personas que están aprendiendo a mirar. ¡Un montaje que te encantará!

Germán observa con decepción que sus alumnos no son capaces de escribir ni dos frases seguidas. Pero de pronto su suerte cambia cuando se encuentra con una redacción bien escrita y que consigue despertar la atención del lector. Pertenece a Claudio, un misterioso alumno que no participa en las clases y se sienta siempre en la última fila.

Sorprendido por la calidad del texto comienza a leerlo en voz alta ante su mujer, Juana, para hacerla partícipe del interesante hallazgo. Claudio narra con detalle cómo ha sido el fin de semana en la casa de su compañero Rafael Artola, a quien ayuda con los ejercicios de matemáticas, caracterizando con aguda ironía a la normal familia de clase media de su amigo, compuesta por la madre, llamada Ester, Rafa padre, Rafa hijo y Marta, otra hija del matrimonio que no aparece en la obra porque estudia en el extranjero.

La redacción finaliza con un sugerente "Continuará" que despierta de inmediato la curiosidad de Germán y Juana por Claudio, así como por la familia de Rafa, quienes se convierte desde ese momento en interesantes personajes de ficción traídos de la mano de Claudio o ¿tal vez no son personajes de ficción?

Juan Mayorga presenta con esta obra un interesante juego metanarrativo que oscila entre un mundo real y un posible mundo ficcional que consigue suscitar un interés creciente en el lector a medida que aumenta la confusión entre el mundo real y el imaginario, estableciéndose un paralelismo entre el lector y el matrimonio formado por Juana y Germán, quienes tampoco son capaces de discenir con claridad si lo que cuenta Claudio acerca de la familia es real o no.

Un montaje intensamente teatral, tan sencillo como complejo, tan inteligente como lleno de humor.