9.1
Que Dios nos pille confesados, en Madrid
Madrid · Comedia
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Teatros Luchana, Madrid, (ver mapa)
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Bajo un gran cambio en la vida política y social que se está dando en la década de los años 70 del siglo XX en España, Don Juan Tenorio, español perteneciente a una familia de alta alcurnia, viaja al sur del país acompañado de su criado Sganarelle. Allí pretenden raptar a una hermosa joven, pero su objetivo se verá truncada por una serie de acontecimientos repentinos.
El único sentido que Don Juan le encuentra a la existencia es el de burlar las reglas creadas que componen el orden social y vivir con plena libertad para ejercer «su lógica» de vida. De esta forma, no tendrá piedad a la hora de dar muerte y humillas a cuántas personas se le crucen en su camino, deshonrar a cualquier mujer con la que se encuentre, o crispar el ánimo de sus seres más allegados.
Todo el mundo conoce el mito de Don Juan, y todos, incluso los propios protagonistas, son conscientes del fatal desenlace que tendrá su viaje; pero Don Juan tiene un plan para escapar de la muerte y camuflarse con los nuevos tiempos que se avecinan, donde podrá pasar desapercibido sin renunciar a sus privilegios.
Teatros Luchana C/ Luchana, 38 (Madrid)
Metro: Bilbao (líneas 1 y 4), Iglesia (línea 1). Bus: líneas 3, 40, 147.
Anónimo
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¡¡¡Vaya regalo!!! Nos decidimos a ir porque nos gustó la propuesta: un Don Juan en la España de la transición. Poco más sabíamos sobre el montaje. La sorpresa fue enorme: una combinación de humor satírico con reflexiones profundas sobre la hipocresía, la lucha de clases, la justicia y pasiones humanas como el amor y el poder. Parece mentira que Moliere tenga tanta vigencia. Los actores están magníficos y desde el primer momento se metieron al público en el bolsillo con guiños de complicidad y algunos comentarios que no sé si estarían en el guion porque a mí me sonaron muy espontáneos. Todo es súper original: Don Juan es el cantante de un grupo setentero tipo Camilo Sesto. Además de actuar muy bien, los actores tocan, cantan y bailan. Y lo más sorprendente es que te cuentan el Don Juan entero sin cambiar la escenografía y el vestuario, que, por cierto, es también maravilloso. Usando la iluminación y la música le proponen al público que imagine los cambios de personajes y lugares y funciona muy bien. Se merecen la gran ovación que se llevaron al final de la función. Tiene mucho mérito hacer este tipo de teatro en estos tiempos difíciles y con pocos medios. Todas estas carencias las han sustituido con imaginación y creatividad. Solo por eso se merecen el éxito, pero es que además pasas una hora y media muy divertida que luego da para un buen debate sobre la historia reciente de España. La recomiendo.