Vive tu mejor fin de semana sin gastar 1 euro
El secreto de la felicidad radica en los pequeños detalles.
Si hoy te has levantado con los bolsillos vacíos y no tienes calderilla ni para un café… no sufras y sumérgete en estos cinco planes que te harán descubrir el verdadero significado de “vivir con los ojos del alma” sin estar atado a la cartera. Rescata el valor de lo cotidiano y date cuenta de que “el secreto de la felicidad radica en los pequeños detalles”.
1. ¡Que me dejen tranquilo con mi libro!
No es necesario irse al Cañón del Colorado para disfrutar de unas buenas vistas. Acércate al Palacio de Cibeles de Madrid y observa la imponente panorámica de la ciudad desde su mirador. Si te sientes hechizado por la belleza que te rodea y no quieres romper la magia, ponte cómodo en uno de los sofás y sumérgete en la lectura de un buen libro. Pero si buscas algo más cultureta, acércate a la exposición Stop vuelvo pronto stop de Linarejos Moreno y te encontrarás con tu lado más nostálgico. Además, si quieres dejar tu propia huella, lleva tu telegrama y podrás incluirlo un mural pictórico que reconstruye la memoria de los ciudadanos.
- Dónde: Palacio de Cibeles (Madrid)
2. A mi que me den algo más dark
¿Qué tú lo que quieres no es leer, sino escapar hacia uno de los escenarios de tu libro favorito? Entonces adéntrate en el cementerio de Montjuïc y siente cómo formas parte de alguna de las tramas de la saga La sombra del viento. Lo oscuro y lo bello se dan de la mano para ofrecerte una experiencia mística en la que el silencio será tu mejor aliado. Asciende por las empinadas callejuelas de la necrópolis barcelonina y rinde homenaje a algunas de sus grandes figuras, como Francesc Macià o Jacint Verdaguer. Eso sí, si te encuentras a Daniel Sempere, ¡salúdale de nuestra parte!
- Dónde: Cementerio de Montjuïc (Barcelona)
3. ¡Busco aventura a la altura!
¿Te gustan las experiencias con altura? Entonces pasa un día en el Parque Nacional del Teide y recorre el paisaje sobrecogedor que te aguarda. Estarás a en el punto más alto de España y en el volcán más elevado del mundo, rodeado de vegetación propia de otro mundo. Asómbrate con la infinidad de especies animales que corren y vuelan en libertad y date un paseo por el teleférico mientras sientes la grandeza de la vida y lo pequeño que podemos llegar a ser. Termina el recorrido en el mirador y vislumbra las 4 islas desde la cima o da un paso más y adéntrate en el sendero que te lleva directo al cráter.
- Dónde: Parque Nacional del Teide (Santa Cruz de Tenerife)
4. ¡Soy un melómano callejero!
Imagina poder disfrutar de pequeños conciertos de autor en una calle mágica y llena de belleza e historia. Solo tienes que adentrarte en el Paseo de los Tristes de Granada un fin de semana y serás testigo de cómo muchos músicos callejeros salen a regalar a los visitantes sus mejores melodías. Y si te sientes algo más creepy, descubre la Casita de muñecas, antiguo hotel primero y hospital después. Si tienes un encontronazo con algún fantasma siempre puedes salir huyendo por uno de los 14 puentes que se ubican dentro del entorno del Paseo, quizá se te quite el mal rollo de golpe al percibir la bella arquitectura arábiga. Y cuando el estómago empiece a reclamar atención, puedes ir directo al bar de tapas más cercano.
- Dónde: Paseo de los Tristes (Granada)
5. Yo solo quiero dormir…
¿Te apetece ir de playeo por Ibiza? El viaje te lo pagas tú, pero el alojamiento puede salirte gratis… Eso sí, has de tener ganas de vivir una noche a lo gran hermano. ¿Te atreves a probar la habitación de paredes acristaladas del Paradiso Ibiza Art Hotel donde serás el foco de las miradas ajenas? En la Zero Suite formarás parte de una performance viviente, convirtiéndote en la obra de arte más preciada de la noche. Eso sí, despídete del pudor por una noche, porque es muy probable que te despiertes a media noche y te encuentres a alguien retratándote…
- Dónde: Sant Josep de sa Talaia ( Islas Baleares)
Puedes tener un millón de euros, pero no puedes comprar con él la belleza de un amanecer. Porque las mejores cosas de la vida no tienen precio, y la vida tan sólo es un lugar para hacer las cosas sencillas.
