Es diciembre, la época más mágica del año. Las luces de Navidad iluminan las calles de València, los mercados navideños y los platos tradicionales la convierten en un destino ideal para estas fechas. Mi familia y yo hemos decidido aprovechar los días de vacaciones para explorar los platos valencianos de invierno, porque ya estamos mayores para estar andando como si no hubiera un mañana, recorriendo los destinos de cabo a rabo y acabar con la retina llena pero el cuerpo agotado. Ahora preferimos conocer los lugares desde otro punto de vista, o de gusto; saboreamos las delicias que nos ofrece cada región y hasta en ocasiones hacemos nuestro propio ranking: la copa Gourmet.

Nos subimos al coche los cuatro (desde que mis hijos se han hecho mayores es más difícil que quieran venir con nosotros y suelen quedarse en casa, a menos que les ofrezcas un buen plan). Nuestra primera parada fue en Castelló de la Plana, allí probamos un plato clásico de invierno: el “Arroz al horno”, con costillas de cerdo, morcilla y garbanzos. Si eres de los míos, es la definición de comida de “te lo has ganado, disfrútalo sin remordimientos”. Mi abuela nos lo había llegado hacer a mí y a mis hermanas y sabíamos que el día que tocaba arroz al horno, no hacía falta desayunar. Después de la suculenta comida solo queríamos descansar y fuimos a estirarnos al Parque Ribalta, un oasis de tranquilidad, que era justo lo que necesitábamos. De allí fuimos a la plaza Mayor y mis hijos, que no sé dónde meten todo lo que ingieren, quisieron probar unos pasteles de boniato (si no sabes lo que es, no te preocupes, nosotros tampoco hasta entonces). Por lo que se ve, es un postre tradicional presente en todas las casas Valencianas durante las navidades, y no me extraña, porque está buenísimo, incluso si vienes de comerte un arroz al horno. 

castellon, turismo gastronomico

Continuamos nuestra ruta gastronómica hacía un pequeño restaurante familiar en el corazón de València. El aroma de la comida casera nos envolvió tan solo entrar. Pedimos una fideuà, que es similar a la paella pero con fideos en lugar de arroz. Mientras comíamos, mi hijo mayor nos estaba contando cómo un día se rió tanto que se cayó de la silla y recreando la escena estuvo a punto de caerse de nuevo. Tras salir de allí felices, con la barriga llena y sanos y salvos a pesar de las risas, decidimos quedarnos por València un día más y seguimos la ruta. 

fideua plato tipico valenciano

Obviamente queríamos terminar este viaje en Alicante, famosa por sus dulces navideños, y puede que el principal reclamo para convencer a mis hijos de que vinieran también. Nos compramos para llevar a casa turrones y polvorones en una tienda de turrones artesanales. Mi favorito siempre ha sido el turrón de Alicante, y el de Jijona es el más suave y cremoso que he probado. Después de disfrutar de los dulces, dimos un paseo por la Explanada de España, un hermoso paseo marítimo bordeado de palmeras, un plan que me imagino perfectamente en verano con un helado en vez de con turrón.

comiendo turrones en alicante los mejores

La verdad es que dedicarle un tiempo y poner en valor la comida de los lugares que visitamos, además de un disfrute espectacular, te permite conocer el destino desde otro punto de vista y apreciar sus matices a base de su producto local, su estilo de cocina y sus tradiciones. Al final, somos lo que comemos y la gastronomía dice mucho de un lugar y de su gente. Así que, si alguna vez te encuentras en la Comunitat Valenciana durante el invierno, te animo a que hagas como nosotros y explores su rica gastronomía. Bon profit!

 

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He pillado en tardarlo