Ikibana - Paral·lel
Barcelona
07/09/2018
"Mucha estética y poco fondo"
A la entrada tienes a unas personas que te reciben como si fueras a entrar al Ritz. Error si después lo que te espera no está a la altura, uno empieza cogiendo altas expectativas. La decoración es muy impactante aunque incomoda. Está pensada para ser vista pero no para ser utilizada. La comida no es nada del otro mundo, está bien, pero encontrarte trozos de pollo en el yakisoba del tamaño de una goma de borrar, pues no es nada cómodo si comes con palillos. El ambiente está bien hasta que a cierta hora te bajan las halógenas y te suben la música, de repente te quedas ciego y sordo a la vez. Tardas en rehacerte. La at nación de los camareros es correcta, de hecho hasta un poco excesiva. Cada plato te lo sirve un camarero diferente. Lo peor es que nos toco en una mesa entrando a la izquierda al lado de donde hacen los cócteles. Claro, tú vas a cenar pero el que hace los cócteles cree que está de fiesta, con lo que igual que en un bar de copas, se pone a ligar con las camareras y a fanfarronear con los camareros. Un despropósito si además haces notar que te está molestando ( la que está de ocio eres tú) y sigue con la misma actitud. Dónde está el jefe de sala? Eso si, antes de los postres apareció una maga para hacernos un truco de magia ( se agradece porque nos reímos un poco) pero la noche ya estaba echada. La verdad es que es el primer sitio al que voy a cenar y a media cena estoy deseándome de irme.
Positivo: La decoracion
Negativo: La música y la falta de profesionalidad de ciertos camareros